LA CEREMONIA DE LAS LLAVES
Cada noche, desde hace siete siglos, cuando faltan siete minutos para las diez de la noche, el alabardero mayor sale con una linterna y unas llaves. Acompañado por una escolta, va cerrando las puertas de la fortaleza. Cuando llega al arco de la torre Sangrienta, que da paso a la puerta principal, un centinela grita a todo pulmón: «¡Alto! ¿Quién va?», a lo que el alabardero responde: «Las llaves». «¿Las llaves de quién?», grita el centinela. «Las llaves de la reina Isabel». El centinela responde: «Adelante, llaves de la reina Isabel. Sin novedad», y el recinto queda cerrado hasta la mañana siguiente.