Los tesoros del Nan Hai-1
En 1987 se localizaron en la costa del sur de China los restos de un navío chino del siglo XII cargado de porcelanas y otros artículos
En 1987, un barco hundido en el siglo XII fue rescatado en la costa china.
EnEn 1987, la firma británica Maritime Exploration colaboraba con la empresa china Guangzhou Salvage en la búsqueda de un buque de la Compañía Británica de las Indias Orientales hundido no lejos de Hong Kong. Durante los trabajos, los investigadores acabaron descubriendo por casualidad los restos de otra embarcación cargada con cantidades ingentes de piezas de oro, plata y porcelana china.
Un primer examen confirmó que se trataba de una embarcación que se hundió en el siglo XII. Bajo una capa de lodo de dos metros de espesor, los restos de madera y el cargamento se mantenían en bastante buen estado. Tras el descubrimiento, el pecio fue bautizado como Nan Hai-1 por el hecho de que se trataba del primer barco descubierto en Nan Hai, nombre chino del mar de la China Meridional.
Las limitaciones tecnológicas de la época y la falta de inversión retrasaron el inicio del proyecto de salvamento de la nave, que no se puso en marcha hasta el año 2000. La zona de excavación estuvo vigilada por las fuerzas navales chinas, y, para evitar visitas indeseadas, se dijo a los pescadores locales que había bombas de la Segunda Guerra Mundial bajo las aguas. El Nan Hai-1 tenía 30,4 metros de eslora, 9,8 de manga y 4 de altura (sin incluir el mástil). Desplazaba unas 800 toneladas, y el peso muerto sería de 400 toneladas como máximo. El barco, con su cuantioso cargamento, naufragó en aguas de la localidad cantonesa de Yangjiang, a unas veinte millas náuticas al sur del puerto de Dongping y al suroeste de las islas de Chuanshan.
Difícil rescate
El rescate se enfrentó a numerosas dificultades, como la poca visibilidad bajo el agua y la adversa meteorología de la zona. Además, la acumulación de sedimentos alrededor del pecio obligaba a acelerar el proceso de excavación para que los restos del barco no quedaran cubiertos de nuevo.
En 2002 se planteó por primera vez un plan de recuperación y protección general para el NH-1. El ambicioso proyecto consistía en utilizar un tanque metálico, como si de una
«caja fuerte» se tratase, que cubriría totalmente el pecio en el fondo marino. El tanque era una estructura de acero, que funcionaría como un armazón durante el rescate. El plan de recuperación se diseñó en cuatro pasos. Tras limpiar el entorno exterior del yacimiento, se sumergiría el cajón metálico y se instalaría el fondo inferior del cajón. Luego el tanque se izaría y se trasladaría a un museo en Guangdong.
La excavación del Nan Hai-1 comenzó en abril de 2007. El equipo arqueológico confirmó la topografía del fondo marino donde se encontraba el pecio con métodos manuales y mediante una sonda de barrido lateral. En un radio de entre 1 y 4 metros en torno al barco se localizaron numerosas piezas que fueron trasladadas directamente al museo para tomar las medidas específicas de protección. Entre estos objetos
destacan numerosos lingotes de plata de diverso tamaño, que suman un total de 290 kilos.
Difícil extracción
A continuación se procedió al lanzamiento del cajón metálico, un enorme tanque de acero de 35 metros de longitud, 14 de anchura y 12 de altura. El diseño de este tanque daba al metal una gran resistencia contra la deformación. Para su lanzamiento se usó una grúa de grandes dimensiones y se pusieron sensores electrónicos en el fondo marino a fin de que el tanque cayera justo encima del yacimiento.
Sin embargo, para el éxito de la empresa no bastaba con depositar el cajón en el suelo marino, sino que éste debía clavarse hasta el nivel del casco del buque. Para ello, la grúa colocó enormes bloques de hormigón, de entre 300 y 500 toneladas de peso, encima de la estructura de metal, presionándola hasta llegar a la profundidad necesaria. En realidad, el tanque estaba formado por dos secciones separables. Cuando la inferior, de 5 metros de altura, quedó totalmente hundida, se pasó a instalar un «suelo» para convertir la parte superior en una caja entera que pudiera izarse a la superficie. Para ello, los buceadores introdujeron unas vigas por los 36 agujeros que había en la parte inferior de los laterales largos, creando así el fondo para el tanque.
Concluida esta tarea, la grúa extrajo del fondo del mar la parte superior
del tanque con los restos del Nan Hai-1 en su interior. En diciembre, el tanque de casi 5.600 toneladas fue trasladado al Museo de la Ruta Marítima de la Seda. Allí los restos del navío se colocaron en otro tanque de grandes dimensiones sumergido en agua, a fin de preservarlos en las mismas condiciones en que fueron hallados.
El interés del descubrimiento del Nan Hai-1 reside sobre todo en el cargamento que llevaba el navío. En 2002, los arqueólogos llevaron a cabo una excavación preliminar que les permitió recuperar miles de objetos. Tras el traslado del pecio al museo, los arqueólogos han proseguido el análisis exhaustivo del cargamento rescatado.
Un rico cargamento
La mayoría de piezas halladas en el pecio del Nan Hai-1 son porcelanas de la dinastía Song del Sur (siglos XII-XIII) que formaban parte del cargamento del barco. Cuando el buque se hundió, su valiosa carga fue cubierta por sedimentos, lo que evitó la erosión causada por el agua. El resto de materiales localizados consistía en objetos de oro y plata así como monedas de bronce.
Por otra parte, los investigadores han constatado que la proa del Nan Hai-1 se encontró en un ángulo de 240 grados hacia el sudoeste, lo que sugiere que el navío probablemente viajaba hacia el Sudeste Asiático, tal vez a Singapur o la India. Se supone que zarpó del puerto de Cantón, una ciudad comercial de gran importancia en aquella época y que estaba situada muy cerca del lugar del naufragio.
Las monedas de bronce halladas en el pecio también resultan muy significativas. En el este y sudeste de Asia, las monedas de
China eran tan apreciadas como sus manufacturas, porque se fabricaban con materiales de buena calidad y eran de uso general. Cabe pensar por ello que los potenciales clientes de las mercancías transportadas por el Nan Hai-1 debieron de ser comerciantes y ciudadanos que vivían en la península de Corea, el archipiélago japonés o tal vez el archipiélago malayo.