Historia National Geographic

Visires de Egipto, el poder en la sombra

Los reyes del antiguo Egipto tuvieron a su lado a poderosos ministros que soportaban toda la carga del gobierno. Ricos y temidos, algunos se implicaron en conspiraci­ones de palacio, arriesgand­o su posición e incluso su vida

- POR JOSÉ LULL

En el antiguo Egipto, los faraones delegaban muchas de sus responsabi­lidades de gobierno en sus visires. Estos poderosos y temidos funcionari­os llegaron a protagoniz­ar algunas conjuras contra sus soberanos, e incluso a alcanzar el trono.

LosLos faraones del antiguo Egipto contaban con la colaboraci­ón de numerosos ministros y funcionari­os que se encuadraba­n en una compleja jerarquía. En ella, sin embargo, había una figura que destacaba sobre las demás: el visir. Este personaje, que ocupaba el puesto más alto en el escalafón de los funcionari­os, ejercía enorme poder e influencia; en definitiva, era el segundo del país tras el faraón.

El título egipcio que convencion­almente traducimos como «visir», recordando al wazir o ministro principal de los califas, correspond­e a lo que los egipcios denominaba­n chaty. Este título está documentad­o al menos desde la dinastía IV, pero ya con anteriorid­ad muchos altos funcionari­os reunieron atribucion­es y poderes similares. Tal fue el caso, en la dinastía III, de Imhotep, canciller, sumo sacerdote de Heliópolis y arquitecto de la pirámide escalonada de Djoser y que en época tardía incluso llegó a ser divinizado. Imhotep es el perfecto ejemplo de funcionari­o egipcio instruido en múltiples disciplina­s. De hecho, la educación, la preparació­n y las capacidade­s de un visir eran muy importante­s, dadas las inmensas responsabl­idades que el faraón delegaba en él y las variadas tareas que debía atender. Por ello, no es casualidad que la literatura egipcia haya otorgado el título de sabios a algunos de estos altos funcionari­os, como al mencionado Imhotep o a los visires Ptahhotep y Kagemni, todos ellos del Reino Antiguo. Precisamen­te los dos últimos han pasado a la historia como autores de una serie de enseñanzas, consejos o proverbios morales caracterís­ticos de la llamada literatura sapiencial egipcia.

Las funciones de un visir

Los visires de las dinastías IV y V fueron en su mayoría miembros de la familia real. Tal fue el caso de Kanefer y Nefermaat, posibles hijos del faraón Esnefru. Hemiunu, hijo de Nefermaat, tomó la dirección de las obras de la Gran Pirámide de su tío Keops en virtud de su cargo de «Inspector de todos los trabajos del rey», un título que ostentaron muchos visires de la época. En este tiempo, el visir también era «Grande de los 5 en la casa de Thoth», lo que posiblemen­te implicaba que se ocupaba del ámbito jurídico y de los archivos reales. A esto último se refiere también otro título usado por los visires, el de «Jefe de los escribas de los documentos reales». Posteriorm­ente, los visires fueron elegidos por el faraón entre los mejores

y más fieles funcionari­os, si bien en algunas ocasiones el cargo quedó en manos de poderosas familias, que lo transmitie­ron hereditari­amente durante varias generacion­es.

Gracias a un texto jeroglífic­o de la dinastía XVIII, las Instruccio­nes para el visir, conocemos con notable precisión sus funciones y obligacion­es. En las Instruccio­nes hay consejos morales que dictan lo que debe ser la buena conducta del visir: «La valía de un magistrado consiste en que haga justicia. Pero si un hombre hace que se le tema mucho, la gente pensará que hay algo falso en él y no dirán: ¡Es un buen hombre! […]. Trata igual a quien conoces y a quien no, a quien está cerca y a quien está lejos. El magistrado que actúa de acuerdo con esta instrucció­n tendrá mucho éxito».

El mismo texto ofrece al visir reglas sobre su gestión. En efecto, el visir no sólo era el consejero del rey, sino que también desempeñab­a múltiples tareas en la administra­ción del Estado, desde la supervisió­n de los procesos legales hasta la asignación de tierras, la recaudació­n de impuestos, las obras públicas o la administra­ción del tesoro… En todas estas funciones el visir estaba dotado de una autoridad muy amplia, lo que le permitió dictar órdenes bajo su propia responsabi­lidad. En un pasaje de las Instruccio­nes se proclama: «Al visir debe informárse­le tanto del sellado de las cámaras del Tesoro como de su apertura a la hora indicada. Debe informárse­le también del estado de las fortalezas del Delta y el Norte, y del envío de todo lo que sale desde la Casa del Rey y de todo lo que entre en la Casa del Rey».

El poder de los visires se acrecentab­a si además contaba con familiares en otros puestos de influencia, ya fuese en el ámbito civil, religioso o militar. Ello facilitaba que los visires se vieran implicados en casos de corrupción, o bien que se creyeran capaces de perseguir sus propios fines a espaldas del soberano, aun a riesgo de incurrir en un delito de traición.

Conspiraci­ones de palacio

En la historia del antiguo Egipto hay numerosos episodios de conspiraci­ones de palacio en las que participar­on los visires. Uno de ellos sucedió entre la muerte de Unis, el último faraón de la dinastía V (hacia el año 2300 a.C.), y el acceso al trono de su yerno Teti, fundador de la dinastía VI. La transición entre ambos reinados no debió de ser pacífica y es posible que los visires de Unis estuviesen implicados en los disturbios. Esto lo sabemos porque tanto a Akhethetep como a Ihy, visires del Alto y del Bajo Egipto, respectiva­mente, les fueron confiscado­s sus monumentos funerarios en favor de unos príncipes que redecoraro­n las tumbas a comienzos del reinado de Teti. Posiblemen­te, ambos visires fueron eliminados por orden del rey Teti.

Teti se rodeó de hombres fieles, entre los que sobresale el visir Mereruka, propietari­o de una de las más bellas y grandes mastabas de Saqqara, situada frente a la pirámide de su señor. Mereruka se casó con la hija del rey, la princesa Seshseshet. A Mereruka, además, le fueron otorgados numerosos títulos, entre los que destacan el de «Inspector de la protección de toda casa del rey», «Inspector del harén real» e incluso el importante cargo religioso de «Sumo Sacerdote de Re», algo absolutame­nte excepciona­l.

El final del reinado de Teti fue tan trágico como turbulento fue su comienzo, y, una vez más, es posible que algún visir estuviese implicado. La crónica de Manetón, escrita muchos siglos después, cuenta que «Othoes [Teti] fue asesinado por su guardia», tras lo que subió al trono un usurpador que sin embargo fue pronto derrocado por el heredero heredero legítimo de Teti, Pepi I. Éste debió de castigar a todos los traidores, incluido el visir Hesi, cuya tumba fue confiscada en beneficio de otro funcionari­o. Años más tarde, el propio Pepi I fue objeto de una conspiraci­ón encabezada por la reina, su esposa. El complot fue descubiert­o y Weni, inspector del harén, encargado de investigar el caso, decidió apartar del tribunal a los visires, un claro indicio de que éstos estuvieron implicados en el intento de asesinato del faraón. Convertido así en hombre de confianza de Pepi I, Weni llegó a ser un afamado visir y general. Años más tarde, el visir Rawer encabezó un nuevo complot que fracasó y acabó con numerosos ajusticiam­ientos.

De visir a faraón

Existen también ejemplos de visires que se convirtier­on en faraón. Es lo que parece ser que ocurrió al morir el último rey de la dinastía XI, Montuhotep IV, hacia 1940 a.C. Su sucesor en el trono fue Amenemhat I, que previament­e pudo haber sido el visir del mismo nombre del rey anterior. Como visir, Amenemhat fue encargado de dirigir una gran expedición a las canteras del inhóspito wadi Hammamat, en el desierto al este de Tebas, en cuyo curso, según atestiguan las inscripcio­nes, se produjeron dos hechos milagrosos: una gacela parió justo en el lugar donde estaba el bloque de piedra destinado a convertirs­e en el sarcófago del faraón y una inesperada lluvia torrencial facilitó agua para los 10.000 miembros de la expedición encabezada por el visir. No sabemos si Amenemhat llegó a entronizar­se de forma violenta o pacífica, pero la historia de su reinado sí terminó de un modo sangriento, ya que fue asesinado tal como recuerdan textos como el Relato de Sinuhé y otras fuentes.

Otro visir que ascendió al trono fue Ramsés I, hacia 1290 a.C. El faraón Horemheb, careciendo de descendien­tes directos, decidió nombrar sucesor a quien era su ministro de confianza, un hombre bien formado y curtido en la administra­ción, procedente como él del estamento militar y con descendenc­ia, lo que aseguraba la estabilida­d de una nueva dinastía. Con él se inauguró la época ramésida.

Durante el Reino Nuevo encontramo­s establecid­a la división de Egipto en dos visiratos, uno para el Bajo Egipto y otro para el Alto Egipto. De este período contamos con ejemplos muy interesant­es de auténticos linajes de visires que gozaron de gran poder, pero que en algún momento cayeron en desgracia. Un caso reseñable es el de la familia del visir Amethu, que sirvió durante el reinado de Tutmosis II y el comienzo del de Tutmosis III. Su hijo Useramón fue igualmente visir y gozó de gran poder durante los reinados de Hatshepsut y Tutmosis III, como refleja el hecho de que tenga dos tumbas monumental­es en Tebas. Y también fueron visires su hermano Neferweben y el hijo de este último, Rekhmire, en cuya tumba se hallan inscritas las Instruccio­nes para el visir. Ellos dominaron el visirato visirato y otros cargos importante­s durante más de sesenta años, pero al final su trayectori­a quedó bruscament­e interrumpi­da pues, por razones que desconocem­os, perdieron el favor real. Justo lo contrario aconteció con el visir Amenemope, que sucedió a Rekhmire bajo Amenhotep II y tuvo el excepciona­l honor de poseer una tumba (la KV 48) en el Valle de los Reyes, cerca de la de su señor.

Pilares de Egipto

Ser extranjero no era un impediment­o para hacer una exitosa carrera en Egipto. Un ejemplo de ello podría ser el de un personaje llamado Aperel. Su nombre significa «el sirviente de El», un dios cananeo, razón por la que podemos intuir su posible origen extranjero. Educado con los hijos reales, su carrera comenzó en el mundo militar, siendo embajador y confidente del faraón, tutor de los hijos reales e incluso sacerdote de Atón, hasta convertirs­e en visir al comienzo del reinado de Amenhotep IV (llamado luego Akhenatón). Su tumba se descubrió en 1987 en Saqqara.

De algunos visires sabemos que fueron cesados de su cargo sin verdaderos motivos. Esto ocurrió en época del rey usurpador Amenmesses, quien temporalme­nte desplazó del Alto Egipto al rey legítimo, Seti II, nieto del gran Ramsés II. Durante el período de la usurpación, Paneb, un conocido alborotado­r de Deir el-Medina, fue juzgado por el visir, que le condenó. Sin embargo, Paneb elevó su queja al rey usurpador, quien aprovechó la situación para destituir al visir, vinculado al rey legítimo.

Los visires tuvieron gran poder, pero también podían verse abrumados por sus funciones y por la responsabi­lidad que conllevaba el puesto. En las Instruccio­nes del visir, el faraón se lo advierte claramente: «Presta atención al cargo de visir; sé vigilante en todo lo que hagas en él, pues es el pilar fundamenta­l de todo el país. Ciertament­e el visirato no es agradable; ciertament­e es amargo como la hiel».

 ?? S. VANNINI / AGE FOTOSTOCK ?? LA PURIFICACI­ÓN DE RAMOSE
Este personaje desempeñó el cargo de visir bajo los reinados de Amenhotep III y su hijo Akhenatón. En este relieve de su tumba en Gurna aparece representa­do en una ceremonia de purificaci­ón.
S. VANNINI / AGE FOTOSTOCK LA PURIFICACI­ÓN DE RAMOSE Este personaje desempeñó el cargo de visir bajo los reinados de Amenhotep III y su hijo Akhenatón. En este relieve de su tumba en Gurna aparece representa­do en una ceremonia de purificaci­ón.
 ??  ??
 ??  ?? IMHOTEP.
ESTATUILLA QUE LO MUESTRA ENTRONIZAD­O Y DIVINIZADO. MUSEO ASHMOLEAN, OXFORD.
IMHOTEP. ESTATUILLA QUE LO MUESTRA ENTRONIZAD­O Y DIVINIZADO. MUSEO ASHMOLEAN, OXFORD.
 ?? OLIMPIO FANTUZ / FOTOTECA 9X12 ?? PIRÁMIDE ESCALONADA
Fue erigida en Saqqara para el faraón Djoser. Su diseño y construcci­ón corrieron a cargo del sabio Imhotep, arquitecto real y visir del monarca.
OLIMPIO FANTUZ / FOTOTECA 9X12 PIRÁMIDE ESCALONADA Fue erigida en Saqqara para el faraón Djoser. Su diseño y construcci­ón corrieron a cargo del sabio Imhotep, arquitecto real y visir del monarca.
 ??  ?? PECTORAL DEL VISIR PASER
Esta magnífica pieza de oro y lapislázul­i, que representa al dios solar Khepri flanqueado por Isis y Neftis, perteneció al visir de Ramsés II. Louvre, París.
PECTORAL DEL VISIR PASER Esta magnífica pieza de oro y lapislázul­i, que representa al dios solar Khepri flanqueado por Isis y Neftis, perteneció al visir de Ramsés II. Louvre, París.
 ?? CHRISTIAN DÉCAMPS / RMN-GRAND PALAIS ?? EL VISIR AKHETETEP
Este importante personaje de la dinastía V se hizo construir una tumba en Saqqara. De allí procede este relieve, hoy expuesto en el Museo del Louvre, que lo muestra sentado en una silla con patas en forma de garras de león mientras supervisa una entrega de telas.
CHRISTIAN DÉCAMPS / RMN-GRAND PALAIS EL VISIR AKHETETEP Este importante personaje de la dinastía V se hizo construir una tumba en Saqqara. De allí procede este relieve, hoy expuesto en el Museo del Louvre, que lo muestra sentado en una silla con patas en forma de garras de león mientras supervisa una entrega de telas.
 ?? DEA / SCALA, FIRENZE ?? EL FARAON PEPI I. ESTATUA DE COBRE DE ESTE REY DE LA DINASTÍA VI, DESCUBIERT­A EN HIERACÓMPO­LIS. MUSEO EGIPCIO, EL CAIRO.
DEA / SCALA, FIRENZE EL FARAON PEPI I. ESTATUA DE COBRE DE ESTE REY DE LA DINASTÍA VI, DESCUBIERT­A EN HIERACÓMPO­LIS. MUSEO EGIPCIO, EL CAIRO.
 ?? ARALDO DE LUCA ?? MASTABA DE MERERUKA
La tumba de este visir del rey Teti se encuentra en Saqqara. Aquí aparece representa­do, con los atributos de su cargo, en varios relieves pintados y en una estatua en el interior de una hornacina.
ARALDO DE LUCA MASTABA DE MERERUKA La tumba de este visir del rey Teti se encuentra en Saqqara. Aquí aparece representa­do, con los atributos de su cargo, en varios relieves pintados y en una estatua en el interior de una hornacina.
 ?? CALA,FIRENZE ?? RAMSÉS I, EL VISIR QUE FUE REY
En su tumba del Valle de los Reyes, Ramsés I, padre de Seti I y abuelo de Ramsés II, aparece acompañado del dios halcón Horus, tocado con la doble corona.
CALA,FIRENZE RAMSÉS I, EL VISIR QUE FUE REY En su tumba del Valle de los Reyes, Ramsés I, padre de Seti I y abuelo de Ramsés II, aparece acompañado del dios halcón Horus, tocado con la doble corona.
 ?? CHRISTIAN DÉCAMPS / RMN-GRAND PALAIS ?? ESTELA DE FALSA PUERTA DE REKHMIRE
Esta estela de granito fue descubiert­a en la tumba del visir Rekhmire en Gurna. Lo muestra junto a su esposa ante una mesa de ofrendas. Museo del Louvre, París.
CHRISTIAN DÉCAMPS / RMN-GRAND PALAIS ESTELA DE FALSA PUERTA DE REKHMIRE Esta estela de granito fue descubiert­a en la tumba del visir Rekhmire en Gurna. Lo muestra junto a su esposa ante una mesa de ofrendas. Museo del Louvre, París.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain