LA INCÓGNITA DE LOS SIGNOS
CASI 150 AÑOS DESPUÉS de su descubrimiento, el arte paleolítico presenta muchas preguntas, algo que es especialmente cierto en cuanto a los signos, su lectura y significado. A pesar de que este tipo de imágenes son las más representadas, pasan desapercibidas a causa de la claridad y elegancia de las figuras de animales. Los signos incluyen una amplísima variedad de formas lineales, geométricas y de puntos. Partiendo de la etnografía comparada, según su forma han recibido el nombre de claviformes (en forma de clava o maza), escutiformes (en forma de escudo), tectiformes (en forma de cabaña o choza), arboriformes... Otras clasificaciones, más asépticas, hablan de signos abiertos o cerrados, aunque algunos los relacionan con «lo masculino» y «lo femenino». Hay incluso quienes han querido ver en las asociaciones entre diferentes signos, o entre signos y animales, sistemas que condensan información y que responden a normas sociales, una semiología. Hoy en día, la investigación sobre estas imágenes se encuentra estancada. Uno de los retos a los que se enfrenta pasa por preguntarse si este gran grupo esconde imágenes de la realidad, de un paisaje natural o social. ¿Podrían interpretarse algunas formas cerradas como cabañas? ¿Contienen referencias al mundo vegetal? ¿Se pintan o graban montañas, ríos o volcanes?