JEANNE DES ARMOISES,
LA IMPOSTORA
Era muy difícil aceptar que la enviada de Dios a Francia había sido destruida por sus enemigos, de manera que no es de extrañar que entre 1436 y 1456 aparecieran cuatro impostoras o, como parece ser, una sola que reapareció en varias ocasiones.
Según una crónica de Metz, la primera impostora que se menciona, y que curiosamente se hacía llamar Claude, apareció el 20 de mayo de 1436 cerca de aquella ciudad, donde fue reconocida por Pierre y Jean, los hermanos de Juana, con toda probabilidad otros dos impostores. Se sabe que el verdadero Jean recibió dinero de la ciudad de Orleans el 31 de agosto de aquel año para ir al encuentro de su hermana, y luego ya no se menciona más a los hermanos; parece probable que resultaran engañados al comienzo y partieran en busca de Juana. En todo caso, la noticia de la reaparición de Juana se extendió con rapidez: el 27 de junio de aquel año, un notario de Arlés registró un debate público acerca de si la aparecida era la verdadera Juana. La impostora fue acogida por el conde Virneburg y la duquesa Élisabeth de Luxembourg-Görlitz, partidarios de Borgoña. Desde luego, resulta sospechoso que fuese amparada por el bando que había vendido a la verdadera Juana a los ingleses. Tras la amenaza de un proceso por herejía en Tréveris, se casó con un noble menor, Robert des Armoises, propietario del castillo de Jaulny, cerca de Metz.
La mercenaria
La pista de la falsa Juana reaparece en 1439, cuando un documento permite saber que luchó al servicio del noble Gilles de Rais, antiguo camarada de armas de Juana de Arco que en ese momento, arruinado, se entregaba al bandidaje y quizás a la brujería. Entre el 18 de julio y el 1 de agosto de aquel año estuvo en Orleans, donde fue recibida como la verdadera Juana, pero se marchó la víspera de un banquete que le iban a ofrecer, quizá por miedo a ser desenmascarada. Al año siguiente se presentó al rey Carlos VII, pero éste no tuvo problemas en denunciarla y mandarla a París para que la juzgara el Parlamento, y a raíz de este hecho el Diario de un burgués de París cuenta que aquella mujer había combatido por el papa Eugenio IV, lo que, de ser cierto, habría sucedido hacia 1433. Se sabe que más tarde, entre 1449 y 1452, una «Juana la Doncella» se presentó en la localidad de Sermaize, adonde fue para hacerse reconocer como la verdadera Juana de Arco por dos primos hermanos de ésta. Por último, en 1456 se habla de una última Juana llamada «de Sermaize» (¿una confusión por Des Armoises?), casada con un tal Jean Douillet y que estuvo un tiempo encarcelada en Saumur. En definitiva, parece que durante la Edad Media no era difícil hacerse pasar por otra persona con un cierto parecido físico, mucho arrojo y bastante suerte.