EL CORTEJO FÚNEBRE
el 9 de mayo de 1821, cuatro días después del deceso de Napoleón, se llevó a cabo su entierro. La crónica de Francesco Antommarchi describe la composición del cortejo. Primero iba el abate Vignali, con vestido de misa, seguido por dos médicos, entre ellos el propio Antommarchi. Seguía el carro fúnebre, con el féretro cubierto por un manto de terciopelo púrpura y el abrigo que Napoleón llevó en la batalla de Marengo. Iba escoltado por los condes Bertrand y Montholon y por el caballo del emperador, conducido por su picador Archambaud. Tras otros miembros del séquito iban la condesa Bertrand y su hija a bordo de una calesa. Cerraban el cortejo oficiales a pie y a caballo. El aguafuerte, que muestra la salida de la procesión de la finca de Longwood camino de la tumba, representa a habitantes de Santa Elena y las tropas británicas alineadas a su paso.