LUJO PERFUMADO
LOS GUANTES de ámbar podían ser considerados un perfume en sí mismos, tal y como expresa un personaje femenino de Shakespeare (hijo, por cierto, de un guantero) en Mucho ruido y pocas nueces: «Estos guantes, que el conde me envía, son un excelente perfume».
GUANTES DE CUERO CON ENCAJE DE BOLILLOS DE ORO. HACIA 1600.