LA FUERZA MOTRIZ
EnEn 1987, el arquitecto naval John Coates y la Universidad de Cambridge construyeron una réplica de un trirreme clásico, el Olimpia. La nave surcó las aguas del Mediterráneo haciendo honor a su fama, pero los 170 remeros asignados solamente fueron capaces de alcanzar una velocidad máxima de 9 nudos; y sólo durante cinco cinco minutos. Su coordinación fue extremadamente difícil aun tratándose de profesionales. Es más, cuando el Olimpia se enfrentó a vientos con ráfagas contrarias de hasta 25 nudos (46 km/h), que producían un mar embravecido y enormes olas, los talamitas (los remeros de los bancos más bajos) fueron incapaces de remar. El resto de remeros no sólo experimentaron grandes problemas para mantener el ritmo, sino que, además, después de una hora, se agotaron físicamente. Sin duda, la preparación, el entrenamiento y la experiencia de los remeros griegos eran muy superiores, y nos dan una idea del increíble esfuerzo que eran capaces de realizar durante horas en plena batalla. Muy valorados por sus extraordinarias cualidades y por la necesidad de contar con miles de ellos en activo para la armada, recibían un salario acorde con su esfuerzo.