HÁBILES Y VALIENTES
LasLas batallas navales no sólo se libraban en la superficie, sino también bajo las aguas. Desde el siglo IX a.C., los ejércitos de la antigua Grecia contaban con buceadores profesionales. Uno muy famoso fue Escilias de Escíone, que era capaz de cubrir buceando un kilómetro y medio, según Heródoto. Con la ayuda de su hija Hydne, Escíone abrió vías de agua en los cascos y cortó las anclas de las naves persas que atacaron Grecia durante las guerras médicas. También ayudó a cubrir la bahía de estacas para impedir la aproximación de las naves enemigas. Estos buzos no sólo actuaban en combate, sino que también se les contrataba para rescatar la carga de los barcos naufragados cerca de la costa o la que caía al mar durante una operación de estiba. Entretanto, además de recolectar mariscos, algas o esponjas, realizaban trabajos subacuáticos en la construcción de puentes y puertos, o intervenían en la reparación y limpieza de los cascos de los barcos. La presión en altas profundidades provocaba el estallido de los tímpanos, y muchos emergían sangrando por los oídos y la boca (hemoptisis), motivo por el cual solían perforárselos previamente.