UNA RED DE INTRIGAS Y COMPLOTS
TrasTras el atentado se planteó la cuestión de cuánto sabía el gobierno serbio sobre el complot. Parece seguro que el primer ministro Nikola Pasic conocía el plan y, entre otras actuaciones, intentó avisar a Austria-Hungría por medio de Jovan Jovanovic, el embajador serbio en Viena, quien el 21 de junio se entrevistó con Leon Bilinski, ministro austrohúngaro de Finanzas, pero su advertencia fue de lo más ambigua: comentó que tal vez algún recluta bosnio de las tropas imperiales «pusiera un cartucho con bala en su fusil o revólver en vez de un cartucho de fogueo», y Bilinski, que no dio importancia a la observación, se limitó a decir: «Esperemos que no ocurra nada».
2 EL GOBIERNO SERBIO
En junio, el ejecutivo encabezado por Nikola Pasic (arriba), ya alertado sobre la conjura, ordenó a los guardias fronterizos en Bosnia detener todo tipo de tráfico de armas y explosivos, pero ya era tarde: Princip, Grabez y Cabrinovic estaban en Bosnia.
4 LA INVESTIGACIÓN
Las pesquisas de los austrohúngaros no demostraron que el gobierno serbio estuviera implicado en el magnicidio ni hasta qué punto conocía el plan; tampoco llegaron a esclarecer el papel que la Mano Negra había desempeñado en el asunto, aunque sí detectaron el papel relevante de Ciganovic y deTankosic.
1 EN BELGRADO
La fotografía muestra a Princip (a la derecha) y Trifko Grabez (a la izquierda) con un excombatiente de las guerras balcánicas, Djuro Sarac, en Belgrado. Sarac, antiguo estudiante serbobosnio, fue guardaespaldas del comandante Voja Tankosic, líder de la Mano Negra.
3 LA MANO NEGRA
Esta organización no habría planeado el complot, sino que habría facilitado los medios para llevarlo a cabo. Su infiltración en el ejército y la policía serbias era tal que desbarató los intentos del gobierno de Pasic para evitar que las armas y los terroristas pasaran a Bosnia.