Las marcas del ensañamiento
LLAMALLAMA LA ATENCIÓN que las cinco heridas de la momia de Seqenenre Taa se hallen en la cabeza, principalmente en la frente y el rostro. Sus agresores parecen haberse ensañado con su cara, quizá con la intención de destruirla para que su momia quedase desfigurada, casi irreconocible. Este tipo de destrucción se asemeja a la que sufrían las esculturas cuando se quería borrar la memoria de un personaje: los rostros de esas efigies eran destrozados, y los nombres de sus propietarios, destruidos con cincel para borrar así su memoria en un proceso que se conoce como damnatio memoriae («condena de la memoria»).