¿Los rostros de Colón?
LosLos testimonios literarios, empezando por el de su hijo Hernando, describen a Colón como un hombre fornido, más bien alto, rubicundo, pelo gris en su madurez y ojos claros. Es difícil apreciar hasta qué punto corresponden a esta imagen los retratos del siglo XVI que se han identificado con Colón. Todos son posteriores a su muerte. El de mayor calidad es obra de Sebastiano del Piombo. Realizado hacia 1530, muestra a un hombre de gran prestancia y gesto severo. Una inscripción lo identifica con «el marinero ligur Colón», pero fue añadida mucho después. Especialistas recientes sugieren que sería un retrato de un clérigo de Bolonia. Un segundo retrato representa a un hombre de más edad, serio y de ojos caídos. Se ha planteado que formó parte en el siglo XVI de la galería de retratos de hombres ilustres que hizo el humanista Paolo Giovio, pues en el siglo XIX llegó a manos de Alessandro di Orchi al casarse con una descendiente de los Giovio. Otro retrato, atribuido por algunos a Ghirlandaio, fue descubierto en el siglo XIX por el genovés Giambattista Cevasco. El personaje se identificó con Colón por su parecido con otros retratos, pero es una mera hipótesis.