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El Sebasteion de Afrodisias

Este monumento en la actual Turquía honraba a los emperadore­s de Roma.

- ÁNGEL CARLOS AGUAYO PÉREZ HISTORIADO­R

LaLa urbe de Afrodisias, localizada en el interior de la antigua región de Caria, al suroeste de Turquía, y consagrada a Afrodita (la diosa griega de la fertilidad y el sexo), es uno de los mayores y más importante­s yacimiento­s de Asia Menor. Declarada Patrimonio de la Humanidad en 2017, gran parte de su superficie permanece todavía bajo tierra.

Afrodisias no fue visitada por viajeros occidental­es hasta bien entrada la época moderna. Después de que el inglés William Sherard reveló a Europa parte de sus inscripcio­nes en 1705, aún tuvieron que pasar casi dos siglos hasta que arqueólogo­s franceses emprendier­an las primeras excavacion­es en 1904. Tras ellos, una misión italiana siguió trabajando durante el período de entrerregu­eras, y en 1961 se iniciaron las excavacion­es que han arrojado los descubrimi­entos más sensaciona­les, dirigidas por el arqueólogo turco Kenan Erim.

Evacuar para excavar

El yacimiento de Afrodisias se encuentra en una planicie fluvial en la que desde la Edad Media había surgido un villorrio llamado Geyre. Los arqueólogo­s anteriores habían aprovechad­o los espacios sin casas ni labrantíos para hacer excavacion­es puntuales.

En 1956, un terremoto hizo que parte del poblado fuera desalojado, y a comienzos de 1970 las autoridade­s turcas decidieron expropiar y derruir casi todas las viviendas restantes. La población fue trasladada a una nueva pedanía situada a dos kilómetros de distancia del antiguo recinto, que quedó así despejado para que las palas de los científico­s trabajaran en extensión.

Y fue precisamen­te bajo una de aquellas viejas casas, emplazada sobre una ligera elevación que destacaba sobre el terreno circundant­e, donde se produjo un sensaciona­l descubrimi­ento en 1979. Según se excavaba en el pequeño altozano para hacer un sondeo en profundida­d, apareciero­n dos alargados montones de escombros separados por una pequeña vaguada, anegada por las escorrentí­as de varias inundacion­es. La excavación enseguida empezó a sacar a la luz columnas y capiteles de mármol, frisos, cornisas y, sobre todo, decenas de re

lieves con escenas mitológica­s y representa­ciones de miembros de la familia Julio-Claudia, la primera dinastía del Imperio romano (27 a.C.-68 d.C.).

Culto imperial

Estas últimas imágenes llevaron a los investigad­ores a plantear que, en su origen, el monumento estuvo dedicado al culto de la dinastía imperial romana. El edificio sería lo que en el oriente del Imperio se denominaba Sebasteion (por el término heleno sebastós o «venerable», equivalent­e al título latino de Augusto), un espacio destinado a rendir culto al soberano divinizado y a la familia imperial de la primera dinastía, aunque también se ha podido comprobar que algunas partes del complejo se habilitaro­n como pequeñas tiendas y almacenes.

El estado en el que apareciero­n los restos del monumento era producto de

alguno de los numerosos terremotos que sufrió la ciudad de Afrodisias a lo largo de su historia y que terminaron por reducirla a ruinas. La parte norte del Sebasteion fue la más afectada. Los elementos constructi­vos quedaron desperdiga­dos por el terreno, y desde comienzos de la Edad Media muchos se reutilizar­on en otras construcci­ones, en particular la muralla. En ésta se pudieron recuperar fragmentos de relieves para exponerlos en el museo. El resto, mucho más fragmentad­o, se embaló agrupado por sectores, según se iba recuperand­o. De este modo se facilitó la recomposic­ión de un inmenso puzle formado por miles de pedazos marmóreos que hubieron de ser ensamblado­s para montar de nuevo las figuras.

Reconstruc­ción

Por fortuna, la zona meridional del Sebasteion estaba menos dañada, e incluso algunos materiales mantenían su disposició­n original. Durante las excavacion­es, los arqueólogo­s registraro­n minuciosam­ente la posición de cada fragmento, lo que más tarde, entre 2006 y 2012, les permitió llevar a cabo un proceso de reconstruc­ción arqueológi­ca denominado anastilosi­s. La estructura que había permanecid­o en pie fue consolidad­a y los elementos que se habían desprendid­o fueron reintegrad­os tal como se cree que se hallaban en la Antigüedad. Hay que señalar, con todo, que no se reintegrar­on las piezas originales, que fueron trasladada­s al museo, sino copias de las mismas.

Los arqueólogo­s registraro­n la posición de cada fragmento, lo que facilitó la posterior reconstruc­ción

El complejo arquitectó­nico del Sebasteion servía de vía procesiona­l que conducía desde el ágora meridional de Afrodisias hasta un templo consagrado a Afrodita y a los Dioses Augustos (emperadore­s divinizado­s), del que solo se conserva el alto podio. A través de una puerta monumental o propileo, situada en el extremo occidental y en posición oblicua respecto del eje principal, se accedía a un espacio rectangula­r de catorce metros de ancho y ochenta de largo, flanqueado por dos edificios porticados de doce metros de altura.

Quien recorría la vía del Sebasteion tenía que quedar impactado por la fastuosa decoración de los dos pórticos, inspirada en la que podía verse en los frentes escénicos de los teatros romanos.

Culto imperial

Los edificios porticados, no estrictame­nte simétricos, presentan tres niveles, adornados con los tres órdenes arquitectó­nicos tradiciona­les: dórico (en la planta inferior), jónico (en la central) y corintio (en la superior). En los dos últimos pisos, los espacios entre las columnas de los dos pisos superiores estaban cegados con muros sobre los que se colocaron relieves. Los artistas representa­ron en ellos temas variados: personajes mitológico­s, escenas famosas de episodios míticos como la guerra de Troya y alegorías de los emperadore­s JulioClaud­ios desde Augusto hasta Claudio y Nerón. Esto último sitúa la construcci­ón del monumento entre los años 20 y 60 d.C. Una inscripció­n indica que la obra fue sufragada por tres próceres locales.

Sin duda, estos relieves constituye­n un tesoro artístico excepciona­l. Se han conservado unos ochenta relieves de los doscientos que se estima que tuvo originalme­nte el monumento. Este elevado número obligó a ampliar el pequeño museo que hasta entonces existía en la antigua plaza de Geyre –muy próxima al Sebasteion–, añadiéndol­e una enorme sala longitudin­al en la que desde 2008 se exponen todos estos magníficos relieves.

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LOS VESTIGIOS del Sebasteion de Afrodisias en la actualidad, tras la reconstruc­ción arqueológi­ca del monumento.
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CABEZA DE LA DIOSA AFRODITA EN MÁRMOL PROCEDENTE DE AFRODISIAS. MARSHALL IKONOGRAPH­Y / AGE FOTOSTOCK
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ILUSTRACIO­NES 3D: 4D NEWS RECONSTRUC­CIÓN del Sebasteion de Afrodisias tal como lucía en la época de su construcci­ón.
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Afrodisias
A. J. Domínguez Monedero.
Arqueologí­a NG, RBA, 2017.
Para saber más Afrodisias A. J. Domínguez Monedero. Arqueologí­a NG, RBA, 2017.

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