El renacer de las Olimpiadas
En 1896 se celebraron en Atenas los primeros juegos de la era moderna.
FERVOR GRIEGO
Los Juegos Olímpicos de Atenas tuvieron un carácter marcadamente helénico. El rey Jorge I de Grecia los inauguró el 6 de abril, día de la Independencia del país (aunque en Grecia era 25 de marzo, según el calendario juliano entonces vigente allí), y, dada la limitada difusión de la iniciativa, de los 241 atletas –todos hombres– que participaron en ellos, la mayoría eran griegos; el número de países representados oscilaba entre doce y catorce, dado que la geografía política de la época era diferente a la actual. Las pruebas atléticas se realizaron en el estadio Panatenaico, reconstruido en mármol pentélico –el mismo del que estaba hecho el Partenón– gracias a la donación de un acaudalado griego de Alejandría, Georgios Averof. Pero Atenas ya había conocido otros Juegos Olímpicos modernos: los impulsados por el hombre de negocios y filántropo griego Evangelos Zappas, celebrados en los años 1859, 1870, 1875 y 1888.
EL RENACIMIENTO DE LOS JUEGOS
La idea de Zappas sobre unos Juegos Olímpicos renovados provenía del poeta griego Panagiotis Soutsos, que la formuló en 1833. La labor de Zappas inspiró al británico William Penny Brookes, quien organizó unos Juegos Olímpicos británicos en Londres en 1866, y en la década de 1880 abogó por la creación de unos Juegos Olímpicos internacionales en Atenas. En 1890 se entrevistó con el aristócrata francés Pierre Fredy, barón de Coubertin, interesado en el papel del deporte como elemento formativo del espíritu y favorecedor de la concordia internacional. En junio de 1894, en París, durante una conferencia sobre deporte a la que asistieron 79 delegados de 49 organizaciones de nueve países, se aprobó la propuesta de Coubertin sobre la creación de unos Juegos Olímpicos internacionales, cuya organización se confió a un Comité Olímpico Internacional. Aunque se acordó celebrarlos en 1900 y en París, finalmente se adelantaron a 1896 y se celebraron en Atenas.
MARATÓN, LA GRAN PRUEBA
La carrera celebrada entre las localidades de Maratón y Atenas fue la prueba que mayor interés despertó. Se celebró el 10 de abril, y de los 17 atletas que salieron de Maratón (trece eran griegos) sólo diez llegaron al estadio. El ganador fue el griego Spiridón Louis. La prueba tuvo otros dos protagonistas poco conocidos. Uno fue el italiano Carlo Airoldi, cuyos escasos medios económicos lo llevaron a partir desde Milán a pie para participar en la carrera, pero cuando se presentó en Atenas fue rechazado por ser un profesional, ya que había cobrado por participar en algunas competiciones y los Juegos estaban reservados a los amateurs. El otro fue Stamata Revithi, una mujer de condición humilde que, al parecer espoleada por la idea de un premio, quiso participar en la maratón, pero, como no fue admitida, corrió por su cuenta al día siguiente y completó la distancia; nada más se ha sabido de ella.
ENTUSIASMO REAL
Los atletas participaron en 43 pruebas de nueve deportes: atletismo, gimnasia, halterofilia, lucha, tenis, natación, ciclismo, tiro y esgrima. Las de remo y vela se anularon debido al mal tiempo, ya que se celebraban en mar abierto. En las de natación, también en mar abierto, unos botes trasladaban hasta la distancia fijada a los participantes, que luego nadaban hacia la costa. La ceremonia de clausura tuvo lugar el 15 de abril y la presidió el rey Jorge I. El éxito de estos primeros Juegos se debió en buena medida a que Pierre de Coubertin logró convencer al príncipe heredero, Constantino, de que se pusiera al frente de su organización en Grecia. La adhesión de la casa real fue entusiasta: cuando Spiridón Louis entró en el estadio Panatenaico al final de la maratón, los príncipes Constantino y Jorge bajaron a la pista y lo acompañaron hasta la meta.
ATLETAS TODOTERRENO
Del carácter amateur –y democrático– de los Juegos de 1896 habla el perfil de dos de sus ganadores. Friedrich Adolf Traun, de 20 años, era hijo de una familia de acaudalados industriales de Hamburgo. Llegó a Atenas para participar en la carrera de 800 metros lisos, pero no pasó a la final. Entonces participó en la competición de tenis individual, en la que fue derrotado por el británico Boland... con quien formó la pareja que ganó el oro en dobles. La historia de Spiridón Louis, el vencedor de la maratón, está rodeada de mitos, aunque al parecer era un pastor que había servido en el ejército; completó la carrera en 2 h. 58 min. 50 s. (el vencedor de los JJ. OO. de 2016 lo hizo en 2 h. 8 min. 44 s.). Jamás volvió a competir, aunque el 1 de agosto de 1936 reapareció como abanderado de Grecia en los Juegos Olímpicos de Berlín y ofreció una rama de olivo a Hitler.