TRABAJO EN EQUIPO
LA UTILIZACIÓN del gran telescopio de los Herschel no resultaba sencilla. William y Caroline debían apostarse casi como si fuesen pilotos de una peculiar nave espacial: él se instalaba en la parte alta, en una plataforma de observación a la que accedía a través de escaleras; ella, abajo, a un buen puñado de metros de su hermano, encerrada en un cubil donde tomaba notas a la luz de las bujías y rodeada de atlas, relojes, cuadernos y jarras de café. Para no interrumpir la observación, cada vez que necesitaban contactar se daban voces o recurrían a un código a base de tirones de cuerda, timbres y una bocina.