EL NOVELISTA, ESPEJO DE SU TIEMPO
EN LA SEGUNDA PARTE DE LA NOVELA, don Quijote se encuentra con su vecino, el bachiller Sansón Carrasco, disfrazado como el Caballero de los Espejos. El hidalgo mira detenidamente a su adversario, creando así un singular juego de espejos, pues a la vez que contempla con nitidez al supuesto caballero, él mismo está viéndose en forma fragmentada en las muchas lunas pequeñas de los resplandecientes espejos de la indumentaria de su oponente. Del mismo modo, podría decirse que Cervantes utiliza su obra maestra para mirar detenidamente y hacernos contemplar fragmentos de la sociedad de su tiempo, en tránsito a una modernidad que es ya la nuestra.