AGUAS SANADORAS Y MALÉFICAS
PARA LOS ANTIGUOS EGIPCIOS había aguas buenas y malas. A la primera categoría pertenecía el agua de la inundación anual. Durante la fiesta del Año Nuevo, los egipcios la recogían en unos recipientes en forma de cantimplora, pues creían que tenía propiedades curativas. También era positiva el agua que llenaba el lago sagrado de los templos, que simbolizaba el Nun, el océano primigenio. En cambio, el agua procedente de la lluvia tempestuosa que en ocasiones caía sobre Egipto se consideraba catastrófica, pues se creía que era enviada por el dios de la tormenta Set, enemigo de Osiris, que era quien gobernaba la crecida anual del Nilo.
En los templos se construían gárgolas para evacuar las aguas pluviales y neutralizar su efecto dañino.