En La Casa de la Arpista
Los investigadores restauran miles de fragmentos pintados de los muros de una lujosa casa romana de Arlés, del siglo I a.C.
DuranteDurante las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo entre 2014 y 2017 en el solar de La Verrerie, en la ciudad francesa de Arlés, por parte del Museo Departamental de Antigüedades y el INRAP (Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas), se exhumaron los restos de una casa romana que ha sido bautizada como La Casa de la Arpista por uno de los frescos que se descubrieron en ella y que representa a una mujer tocando un instrumento muy parecido a un arpa. Ahora, los lujosos frescos que decoraron la mansión están siendo objeto de un ambicioso programa de estudio y restauración.
La domus, que se ha datado entre los años 70 y 50 a.C., antes de que la colonia romana de Arlés adquiriese la importancia que tendría posteriormente, fue edificada por artesanos procedentes de Italia que emplearon técnicas de construcción típicamente romanas como muros de mampostería, tejados sobre los techos y pavimentos de ladrillos pequeños colocados en forma de espiga (opus spicatum).
La casa fue derruida unos veinte años después de su construcción, y los restos de muros decorados con frescos se utilizaron como material de relleno en reconstrucciones posteriores. En total, los
arqueólogos han llenado 800 cajas de fragmentos pintados que se han recuperado, y con ellos intentan recomponer las escenas originales.
Desde abril de 2021 la reconstrucción de estas decoraciones pictóricas se lleva a cabo en la sala de exposiciones temporales del Museo de Arlés, donde los fragmentos se distribuyen en hileras de mesas. Sentados frente a ellas, los arqueólogos intentan completar este intrincado puzle. El museo también somete a un tratamiento preliminar los fragmentos pintados que se han extraído del yacimiento para evitar su degradación. En tal sentido, se investiga el color rojo bermellón usado en muchas de estas decoraciones para evitar su ennegrecimiento.
Las pinturas se relacionan con el segundo estilo pompeyano, algo muy raro en Francia y que denota el lujo y la ostentación de que hizo gala el propietario de esta mansión.