Sesiones para instruir deleitando
EL JESUITA francés Moigno tuvo la idea de utilizar proyecciones ópticas para divulgar la ciencia entre las masas. En 1872 abrió en París una sala dedicada a lo que él llamaba «instrucción popular». A los espectadores, que pagaban
entre 50 céntimos y dos francos, se les ofrecía el siguiente programa: «1º Obertura musical con órgano, o piano. 2º Revista de novedades; cuadros PROYECTADOS con luz eléctrica. 3º Demostración de ciencia ilustrada, de alrededor de una hora. 4º Intermedio de un cuarto de hora como máximo. 5º Revista de historia o geografía… Proyección de un cierto número de cuadros. 6º Broche final: algunos JUEGOS DE ÓPTICA, fantascope, chromatrope… 7º Salida: se interpretarán algunas canciones nacionales de distintos pueblos».