ENERO: UN ESTADO EN CRISIS
En 1985, Gorbachov fue nombrado secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y primer mandatario de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Desde el poder impulsó la perestroika o «reestructuración», una serie de medidas que pretendían democratizar el Estado, acabar con la corrupción que lo ahogaba e introducir elementos de la economía de mercado para superar el estancamiento de la economía planificada. A finales de 1990, las reformas habían dislocado la estructura económica de la URSS y deteriorado el nivel de vida de sus habitantes, mientras que las elecciones democráticas habían dado el poder a políticos nacionalistas. La mayoría de las repúblicas soviéticas se habían declarado soberanas, pero sólo Estonia, Letonia y Lituania se proclamaron independientes, lo que, en enero de 1991, llevó a una sangrienta represión militar soviética en Lituania y Letonia, que se convirtió en el preludio de la disolución de la URSS. En la imagen, un miliciano defiende la sede del Parlamento lituano en Vilna, cercado por efectivos soviéticos.