HARALD DIENTE AZUL, EL GRAN REY VIKINGO
A MEDIADOS del siglo X, Harald Gormsson se convirtió en rey de Dinamarca tras suceder a su padre, Gorm el Viejo. Durante su reinado extendió las fronteras de su país y fomentó la construcción de una amplia red de fortificaciones con las que consolidó su poder. Pero sobre todo es recordado por una decisión que cambiaría la historia vikinga para siempre: su conversión –y con él la de su reino– al cristianismo.