MIGUEL ÁNGEL, LOS AÑOS DE GLORIA EN ROMA
A PUNTO DE CUMPLIR 60 años, Miguel Ángel se estableció de forma definitiva en Roma. Convertido en un mito viviente y nombrado por el papa supremo arquitecto, escultor y pintor de los palacios Vaticanos, el artista acometió los encargos que coronarían su fama, entre ellos el fresco del Juicio Final de la capilla Sixtina. En cambio, una de las obras en las que más se había volcado, el mausoleo del papa Julio II, acabó prácticamente como un fiasco.