MÁS QUE SOMBREROS
EN EL SIGLO XVI, en la corte borgoñona triunfaban los tocados femeninos de fantasía, compuestos por velos elevados sobre un armazón. El retrato junto a estas líneas muestra a Isabel de Portugal (1397-1471), que era duquesa consorte de Borgoña y tercera esposa de Felipe III el Bueno, con un lujoso vestido de brocado rojo y dorado, ceñido por debajo del pecho con una faja verde, y un tocado armado de alas de mariposa. Este tipo de tocado dejaba a la vista no sólo el rostro, sino también la amplia frente. En esos años era costumbre entre las mujeres afeitarse el nacimiento del pelo y llevar las cejas muy depiladas.