El origen del mundo tartésico
Siglo X a.c.
Amediados del siglo VII a.c. un comerciante griego llamado Coleo partió de su isla natal, Samos, frente a la costa de la actual Turquía, en dirección a Egipto. Durante el viaje, su barco se vio sorprendido por unos fuertes vientos de Levante que lo impulsaron hasta el otro extremo del Mediterráneo, más allá de las Columnas de Hércules –esto es, del estrecho de Gibraltar–. Fue así como Coleo y sus compañeros llegaron a Tarteso, un «emporio comercial» al que nunca antes habían llegado los comerciantes helenos. Coleo se puso a comerciar con los tartesios y obtuvo enormes beneficios, gracias sobre todo a la plata que obtuvo allí, unos 1.600 kilos. Esta historia, recogida por Heródoto en el siglo V a.c., tiene mucho de leyenda, pero cabe recordar que el historiador griego residió un tiempo en Samos, donde pudo haber oído narrar la aventura de Coleo. En todo caso, es una de las muchas referencias que hacen los autores