UN HÉROE DE FRONTERA
Es característico del enfoque del Cantar el énfasis puesto en el botín obtenido de los moros, a los que el desterrado no combate por razones religiosas, sino por ganarse la vida. Este planteamiento hace suponer que el poema participa del llamado «espíritu de frontera», es decir, de los intereses e ideales de los colonos cristianos que poblaban las zonas limítrofes con los musulmanes. Dicho espíritu se plasmó en una serie de fueros llamados «de extremadura» (es decir, «de frontera»), a cuyos preceptos se ajusta el Cantar tanto en la querella final, ante el rey, con los infantes de Carrión como en el reparto del botín a lo largo de las victorias del Cid, y a cuya esencia corresponde la idea de que un nuevo derecho debe sustituir a los viejos privilegios de casta de la rancia nobleza del interior. La expresión última de este ideal sería la capacidad de mejorar la situación social mediante el propio esfuerzo, del mismo modo que el Cid, un simple infanzón desterrado de sus pequeñas posesiones burgalesas, llega al final del Cantar a ser señor de Valencia y a casar a sus hijas con sendos príncipes herederos.
Esta escena del Apocalipsis refleja la destrucción causada por las razias de gentes armadas.
Siglo XI, Biblioteca Nacional, París.