«HEMOS CHOCADO CONTRA UN ICEBERG…»
bordo del Titanic, la conversación durante la cena del 14 de abril se centraba en la posibilidad de llegar a Nueva York un día antes del señalado. Algunos pasajeros mostraban inquietud por el riesgo de encontrar cerca, pero Thomas Andrews, jefe del departamento de diseño de barcos de Harland & Wolff, afirmó que no había de qué preocuparse porque con el Titanic «por fin el hombre había construido un barco insumergible».
A las 23:40 el barco chocó con la masa de hielo que iba a desmentir a Andrews. El iceberg fue detectado tardíamente porque la tranquilidad de las aguas dificultaba su avistamiento. Aunque un vigía advirtió del peligro y se puso en práctica una maniobra evasiva, el choque al barco al rasgar seis de sus compartimentos estancos.
Al principio predominó una calma fomentada por la tripulación y radicada en la extendida confianza en que el Titanic era completamente seguro. Frank Warren intentó calmar a su mujer afirmando que «con los compartimentos estancos el barco
y que «el único efecto del incidente sería el retraso de la llegada a Nueva York». Mientras se mandaba la señal de y los pasajeros se ponían los chalecos salvavidas y acudían a la cubierta, la calma seguía reinando. Sólo se empezó a quebrar cuando la tripulación comenzó a preparar los botes al grito de «¡Mujeres y niños primero!».