EL MUNDO DESCUBRE LA DIMENSIÓN DE LA TRAGEDIA
racias al telégrafo, el mismo día 15 de abril la prensa vespertina británica recogió la noticia del accidente. Sin datos contrastados, las crónicas eran esperanzadoras. «La tensa ansiedad en Londres fue disipada por la noticia de que todos los pasajeros habían sido enviados a botes salvavidas», señalaba el London Evening News, que afirmaba que el Titanic se dirigía a
Al día siguiente se conoció que el barco se había hundido y las víctimas doblaban a los supervivientes, aunque las cifras aportadas aún no eran exactas. La noticia copó las portadas de los medios, que enviaron corresponsales a las oficinas de la donde crecía la multitud que exigía conocer los detalles, y a Southampton, de donde procedían más de 700 tripulantes del navío. Las grandes cabeceras se aseguraron jugosas exclusivas: un diario pagó
a Bride, único operador telegráfico superviviente, por su testimonio: Cottam, el del Carpathia, recibió 750.
La prensa aprovechó la demanda de información sobre la para aumentar sus ventas. Los periodistas denunciaron también los puntos oscuros del suceso, preguntándose por qué la White Star no dio antes noticias de lo ocurrido, o por qué la mortalidad había sido más alta en tercera clase. El diario socialista Daily Herald publicó el artículo en el que preguntaba: «¿Fueron tratados los pasajeros de tercera como bestias salvajes a las que mantener abajo?».