El final de las hegemonías mundiales
Diego Olstein, profesor en la Universidad de Pittsburgh, dedica esta obra a desentrañar las dinámicas de los poderes mundiales desde 1815 hasta hoy. El libro se divide en cuatro partes, según una sugerente división de la historia contemporánea en cuatro períodos, marcados por distintos «regímenes globales»: el liberalismo imperialista, entre 1851 y 1914, caracterizado por la hegemonía mundial de Gran Bretaña y la articulación de una economía global; la era del nacionalismo y el socialismo, de 1914 a 1973, una reacción a la hegemonía británica que tomó la forma de dos guerras mundiales e hizo implosionar la globalización económica, escenario desolador que desembocó en el mundo bipolar de la guerra fría, con Estados Unidos como nueva potencia hegemónica; la globalización neoliberal, que empezó a gestarse en 1968 y predominó hasta 2003, y un contragolpe iliberal en el que estaríamos sumidos en la actualidad.
Las dos fases de la hegemonía mundial regidas por Gran Bretaña y EE. UU. fueron acompañadas del liderazgo tecnológico de ambas potencias y la globalización económica, y coincidieron con el aumento de las desigualdades socioeconómicas entre las diferentes sociedades y en su interior. Hoy asistimos al declive de la hegemonía mundial norteamericana y a una segunda gran reacción histórica contra la globalización, que ha alumbrado el «demotarianismo»: regímenes formalmente democráticos encabezados por líderes populistas, y que combinan nacionalismo étnico-religioso y autoritarismo. ¿Qué futuro nos aguarda?