El alfabeto rúnico, la escritura mágica del norte de Europa
Durante la Edad Media, los países escandinavos desarrollaron una escritura propia que a veces se usó de forma encriptada
La escritura rúnica es una de las pocas que se desarrollaron en Europa occidental como alternativa a la latina. La usaron los pueblos germánicos, sobre todo los de Escandinavia, para escribir sus lenguas antes de adoptar el alfabeto latino. Documentada por primera vez en el siglo II d.c., se empleó de forma regular hasta el siglo XII, y de modo más ocasional hasta el XVII. Los estudiosos han localizado 7.000 textos rúnicos, en su mayor parte inscripciones en lápidas funerarias, aunque también se han hallado en amuletos y otros objetos.
La palabra «runa» deriva de rún, un término en nórdico antiguo que significa
ESCRITURA MISTERIOSA secreto o misterio, lo que seguramente está relacionado con el uso de la escritura para fines religiosos o mágicos. Hoy, el primer misterio de esta escritura es el de su origen, un asunto controvertido que los especialistas aún no han aclarado por completo. Se cree, en todo caso, que las runas fueron desarrolladas por los pueblos germánicos al entrar en contacto con el Imperio romano. Dado que en este se empleaba el latín y el griego, el alfabeto rúnico podría derivar tanto de uno como de otro.
Raíz griega y latina
Algunas runas son claramente adaptaciones de letras del alfabeto griego, como (b, en griego β)o (o,
Siglo II
Se realiza la inscripción rúnica más antigua que ha llegado hasta nuestros días. en griego Además, las primeras inscripciones rúnicas están mayoritariamente escritas en bustrófedon, una técnica que consistía en escribir alternativamente un renglón de izquierda a derecha y el siguiente de derecha a izquierda. Este tipo de escritura en dos direcciones se empleaba en el griego antiguo y fue muy habitual en las inscripciones rúnicas anteriores al siglo VI. El alfabeto latino dejó igualmente una clara huella en el rúnico, como muestran las runas (r) y (f).
El alfabeto rúnico fue una adaptación de las escrituras preexistentes a las necesidades de los pueblos germánicos. Así, el carácter anguloso de sus trazos
Siglo V
En Inglaterra surge el alfabeto anglosajón de 28 runas, usado hasta el siglo XII.
Siglo VIII
Se difunde en Escandinavia el «joven fuþark», un alfabeto rúnico simplificado. seguramente se explica porque facilitaba el tallado de las inscripciones en superficies duras, ya fuera piedra, hueso, metal o incluso oro. Igualmente, las runas reflejaban la fonética de las lenguas escandinavas, en particular el nórdico antiguo. Esto hizo que se introdujeran letras específicas, algunas de las cuales se mantuvieron cuando los escandinavos adoptaron el alfabeto latino. Es el caso de la runa (th, pronunciada como la z castellana) que se usa en el islandés moderno en una forma similar.
Familias de runas
El alfabeto rúnico adoptó muchas variedades a lo largo de la historia. El más
Siglo XII Los alfabetos rúnicos caen en desuso y son sustituidos por el latino.
En la página anterior, bracteato o medallón de oro procedente de Suffolk (Inglaterra) con inscripciones grabadas en escritura rúnica. Siglo V. Museo Británico, Londres.
antiguo, conocido como «antiguo fuþark» (nombre derivado de los seis primeros caracteres rúnicos:
se utilizó hasta el siglo VIII y estaba compuesto por 24 caracteres. A partir del siglo IX surgió el «joven fuþark», reducido a tan solo 16 caracteres y con trazos más sencillos que los del antiguo, quizá para agilizar el tallado. El joven fuþark tiene dos variantes: la de runas de rama larga, muy comunes en las inscripciones danesas, y la de runas de rama corta, que eran más populares en Suecia y Noruega. Tanto en el fuþark antiguo como en el joven, las letras se agrupaban en tres aettir o familias de runas. En el caso del antiguo fuþark había tres familias de 8 runas, mientras que el joven fuþark se dividía en tres familias, una de 6 y dos de 5 runas. Además, existió un alfabeto anglosajón compuesto por 28 runas que se utilizó en Inglaterra entre los siglos V y XII.
Las runas no se usaron únicamente como un alfabeto. En ocasiones, las letras adoptaban significados simbólicos, al modo de un ideograma. Por ejemplo, en la piedra de Kylver, en Suecia, que conserva la inscripción más antigua del fuþark de 24 runas, aparece una secuencia de runas en la que se incluye el símbolo , formado por varias runas que equivalen al sonido de la letra t. Este mismo apilamiento de la runa aparece en otras inscripciones y seguramente era una forma de invocar a Tyr, el dios nórdico de la guerra.
Runas encriptadas
Más singular todavía es el recurso a sistemas de encriptación para dificultar la lectura de algunas inscripciones, por razones que se nos escapan. Uno de estos sistemas consiste en la sustitución de la runa por un elemento iconográfico.