Un manuscrito de novela
El norteamericano Joel Warner relata la apasionante historia del rollo en el que el marqués de Sade escribió su obra más escandalosa:
Crítica, 2023, 352 pp., 21,90 ¤
En 1785, cuando estaba encerrado en la Bastilla por una acusación de abusos sexuales, el marqués de Sade se puso a escribir una novela. Lo hacía al anochecer, aprovechando el poco papel del que disponía; cuando terminaba una hoja pegaba otra por debajo, de forma que en 37 noches de trabajo frenético llenó con una escritura minúscula un rollo de más de 12 metros de longitud, escrito por ambas caras. En él se contenía una de las obras más escandalosas de la historia de la literatura: Las 120 jornadas de Gomorra.
Sobre la novela en sí misma se ha escrito mucho, pero lo que ha atraído el interés del periodista estadounidense Joel Warner es la historia del manuscrito, que es una novela en sí misma. Todo em
pieza en 1789, el día del asalto de la Bastilla, cuando cierto Arnoux entró en la celda de Sade (vacía, pues había sido trasladado poco antes) y se llevó sus documentos, que unos años después vendió a un noble provenzal.
Poetas y estafadores
Transmitido como legado familiar, el rollo de Las 120 jornadas llegó a manos de un coleccionista de literatura erótica. A su muerte en 1893 lo adquirió un sexólogo judío alemán que en 1904 hizo una edición muy limitada, presentanmanuscritos do la obra como un catálogo de perversiones de puro interés científico, pese a lo cual el libro atrajo el interés de los incipientes círculos gais de Berlín. El manuscrito pasó luego a manos de una aristócrata francesa que encandiló con él a los surrealistas de París, entre ellos Luis Buñuel. Décadas más tarde, una heredera lo prestó imprudentemente y el rollo acabó en manos de un millonario suizo que se negó a devolverlo. Por último, en el giro quizá más sorprendente de toda la historia, un marchante de compró el rollo por cuatro millones de euros para revenderlo a pequeños inversores en forma de participaciones; una fórmula que se reveló como una enorme estafa.
Apoyándose en una exhaustiva investigación y desplegando un excelente pulso narrativo, Warner nos lleva hasta el afortunado desenlace de la historia: el ingreso del manuscrito, en 2021, en el templo de la cultura francesa, la Biblioteca Nacional de Francia.