El archivo oculto de la sinagoga de Ben Ezra en El Cairo
En 1896, un profesor judío de Cambridge rescató casi 200.000 documentos de una milenaria comunidad judía en El Cairo
Tras la conquista de Egipto en el siglo VII, los árabes establecieron una nueva capital: Fustat, precedente de la actual El Cairo, que se fundaría un poco al norte tres siglos más tarde. Desarrollada en torno a una fortaleza romana en el punto en el que el valle del Nilo se abre en abanico y forma el delta, Fustat experimentó un gran desarrollo demográfico y acogió a grupos étnicos muy diversos, entre ellos los judíos.
La más antigua sinagoga conservada se encuentra en el barrio copto, núcleo del Viejo Cairo. Datada a finales del siglo IX, la sinagoga de Ben Ezra recibe su nombre de un judío de Jerusalén, que compró el solar donde anteriormente se encontraba una ruinosa iglesia dedicada a san Miguel.
Por lo general, las sinagogas cuentan con una especie de archivo o escondite llamado en hebreo geniza. Se trata de una dependencia en la que se almacenan textos litúrgicos que han caído en desuso, pero que no se pueden destruir ya que tienen carácter sagrado o bien en ellos se menciona a Dios. Estos documentos reciben el nombre de shemot o «nombres».
En el caso de la sinagoga de Ben Ezra, la geniza se encontraba en la planta superior y podía accederse a su interior por una ventana,
V-1896
Las hermanas Smith, filólogas, adquieren en El Cairo un lote de textos de la geniza. todavía visible en la actualidad. Cuando una geniza está llena, el contenido se entierra cuidadosamente, pero esto no ocurrió en la sinagoga del barrio copto cairota. Sus rollos y pergaminos nunca fueron extraídos, o al menos no en su totalidad, sino que permanecieron guardados durante casi mil años.
Un archivo legendario
A mediados del siglo XIX solo quedaban doce familias judías en las proximidades de la sinagoga, pues la mayoría de la comunidad se había instalado en la judería situada más al norte. En consecuencia, el estado de la sinagoga, incluida la geniza, se deterioró notablemente, aunque no llegó a ser abandonada. En el siglo XIX, solo unos pocos eruditos sabían de la existencia
XII-1896
El erudito Solomon Schechter se lleva 30 sacos de legajos de la geniza a Cambridge. 1909
Jacques Mosseri recolecta 7.000 fragmentos de manuscritos judíos en El Cairo. de la geniza cairota, pero desconocían el verdadero alcance de su contenido. En cambio, se decía que en su interior se encontraba una Torá escrita por el profeta Jeremías o 1970
Se crea un equipo de investigación en Cambridge para estudiar el fondo de la geniza de El Cairo.