Carlos V y un balón de fútbol
UNA COMEDIA ERUDITA SOBRE CÓMO SE DESAFÍA A TODO UN IMPERIO A PUNTAPIÉS.
Ya se sabe que los deportes son, hasta cierto punto, una estilización de la guerra. Juan Esteban Constaín toma como excusa argumental esta noción, más el asedio de Florencia por Carlos V en 1530 y un partido real de calcio (un antecedente del fútbol) librado por esas fechas en la ciudad sitiada. Con esto construye una novela que reúne erudición, desparpajo, acrobacias narrativas y, desde luego, patadas, zancadillas y hasta algún manotazo providencial. Constaín se inventa un España-italia de ambientación renacentista para dirimir el pulso entre las tropas imperiales y una república rebelde que acababa de expulsar a los Médici. Pero el juego que da de sí la obra, merecedora del premio Espartaco en la Semana Negra de Gijón 2011, va más allá.
Un juego documentado
El escritor colombiano describe la plaza de la Santa Croce como era en el Cinquecento, convierte en forofos a Maquiavelo y Miguel Ángel, hace entrenador de la escuadra hispana al príncipe de Orange e incluso alude a Maradona mediante un futbolista indiano tan fullero como prodigioso. Sin embargo, no contento con estos malabarismos entre la historia y la ficción y entre el presente y el pasado, el autor enmarca el relato principal dentro de otro. Esto le permite entretenerse a sus anchas, y con ello al lector, entre cambios de registro, sesudas ref lexiones en broma, cartas apócrifas, tachones (literalmente) y otros recursos estilísticos y gráficos que potencian el humor de un texto, además de festivo, bien documentado.
Dos por uno
El segundo entorno que envuelve al f lorentino del siglo xvi se sitúa en Oxford a mediados del xx. Allí, un importante historiador que existió de verdad, el italiano Arnaldo Momigliano, se encuentra metido en un debate de altos vuelos sobre si el fútbol nació en la Toscana o en Inglaterra (en la imagen superior, reciente celebración de un partido de calcio histórico en la plaza de la Santa Croce). Realmente, tanto el equilibrio político europeo a comienzos de la Edad Moderna como los rituales dialécticos de los claustros británicos contribuirán a la diversión de quien se acerque a estas páginas. Todo con la sorpresa, la alegría y la pasión de cuando un balón, o a veces también un libro, marca gol. Texto: Julián Elliot