15 MINUTOS DE FAMA Y MÁS
Veinticinco años después de su muerte, continúa el éxito de Andy Warhol sin síntomas de agotamiento.
El 12 de mayo de 1963 estallaba en Birmingham, Alabama, una de las ciudades más segregadas racialmente de EE UU, uno de los mayores alborotos de la campaña por conquistar la igualdad de derechos civiles. Un año después, Andy Warhol (1928-87) se apropió de una famosa foto de los disturbios aparecida en la revista Life y la convirtió en serigrafía. El artista estaba sacando punta a un método de trabajo que lo mant uvo o c upad í s i mo ha s t a s u muer te . Ochenta de sus serigrafías, incluida la del motín de Birmingham, penden hasta el 16 de septiembre de las paredes de la Dulwich Galler y, el espacio de exhibición más antiguo de Gran Bretaña, que sopló las doscientas velas en 2011.
WARHOL RECONCILIÓ como nadie la alta cultura y la cultura popular, el arte y el negocio. De hecho, decía que “un buen negocio es el mejor arte”, y bautizó su taller con el muy industrial nombre de The Factory. Inventó aquello de los “quince minutos de fama” para todo el mundo antes de que ex istieran Facebook,
Twitter o, para el caso, Internet. Fue un maestro en explorar y manipular la fama. Convirtió a iconos (Muhammad Ali o Marilyn Monroe) en objetos, y a objetos (la sopa Campbell) en iconos.
LE FASCINABAN las entrevistas (bautizó su revista como Interview) y, en los ochenta, cuando se dejaba caer por la serie de televisión Vacaciones en el mar, muchos vaticinaban que sus quince minutos habían llegado a su fin. Cuánto se equivocaban. Sus fantasías pop art se vendían por un potosí y, desde su muerte, por potosí y medio. Curiosamente, las dos más caras jamás subastadas son fotos manipuladas: una de un accidente automovilístico aparecida en Newsweek en 1963 (que alcanzó los 70,1 millones de dólares) y otra de
Life de 1963 (63,4 millones) en que Elizabeth Taylor, de manera premonitoria, aparecía con sus entonces actual y futuro maridos, Mike Todd y Eddie Fisher. La muestra de la Dulwich Gallery, montada a partir de la colección del Bank of America, incluye algunas de las series menos publicitadas de Warhol. Por ejemplo, una en que versionaba un cuadro napolitano del xviii con el Vesubio en erupción, u otra dedicada a diez animales en peligro de extinción. También está presente “Diez retratos de judíos del siglo xx”, la polémica serie en que, según él, escogió a sus sujetos porque le gustaban las caras.
MÁS CERCA DE CASA, en el Centro de Arte del Teatro Fernán Gómez de Madrid, tiene lugar hasta el 22 de este mes el festival PHotoEspaña 2012. Una de sus exposiciones es “De la Factory al mundo: fotografía y la comunidad de Warhol”. La componen un centenar de fotografías de los artistas que pasaron por la Factory, como –además del propio Warhol– Richard Avedon, Cecil Beaton, Billy Name o Stephen Shore.