No todo en este mundo es decimal
OTROS SISTEMAS NUMÉRICOS EN LA HISTORIA Y LO QUE NOS HAN LEGADO
Los números escritos terminaron siendo un instrumento mucho más eficaz y duradero que cualquiera de las cosas que hasta entonces había utilizado el hombre para hacer cuentas, de garrotes a piedras, semillas o marcas en las paredes o en los huesos. Los sumerios, con su contribución gráfica, perfeccionaron una práctica, la de contar, que, junto con la conquista del fuego, había marcado el despertar intelectual de la humanidad. De hecho, según algunas teorías, hace 35.000 años el hombre de CroMagnon ya sintió la necesidad de llevar un cómputo de los días, las lunas llenas y las estaciones con el fin de controlar mejor su actividad agrícola y ganadera, lo que originaría los primeros calendarios. Pero también habría tenido que recur r ir a la ar itmética para conocer el número de piezas que cazaba. A pesar de su proximidad geográfica, ni los fenicios ni los egipcios –los padres de la geometría– utilizaron el método de notación posicional de los sumerios, aunque emplearon un sistema de numeración de diez dígitos. En el siglo v d. C., el método de notación posicional se vería renovado con las cifras hindúes. Eran totalmente convencionales, es decir, a diferencia de las que se habían utilizado hasta entonces, no estaban relacionadas con ninguna letra ni incorporaban ninguna marca pictográfica. A la larga, estos dígitos, considerados una de las mayores innovaciones de todos los tiempos, cambiaron de aspecto hasta adquirir la forma actual. En el siglo vii d. C., para terminar de rematar el sistema, el sabio Brahmagupta incorporó el cero, conocido en hindú como shunya (“vacío”). La aparición de esta cifra representó un punto de inflexión en las matemáticas. Ahora ya no se confundirían números como el 507 y el 57, hasta entonces precariamente distinguidos