VENECIA MIRA POR ENCIMA DEL HOMBRO
La confianza de la República en sí misma, traducida en libertad creativa, se refleja en los retratos que ejecutó Tiziano.
GENTE CON PODERÍO
Los reveses que experimentó Venecia no hicieron más que exaltar el individualismo de la ciudad y sus ciudadanos ilustres, que se consideraban residentes del centro del universo. Esto les llevó a ser más abiertos de mente con las obras de arte que encargaban, porque ellos no eran como los demás. Tiziano cometería hacia 1509, tres años después de La huida..., una de sus primeras grandes osadías con el retrato de un miembro de la aristocrática familia Barbarigo, seguramente Gerolamo, que fue uno de los paladines del joven pintor. La pose, con el protagonista mirando por en- cima del hombro, rompía con el retrato in maestà (de frente) que se estilaba hasta entonces. Se trataba de un estilo heroico que les iba que ni pintado a los venecianos. Más de cien años después, Rembrandt copiaría la pose y la ubicación de la barrera de madera (que confiere tridimensionalidad a la manga) en un autorretrato. Tiziano perfeccionaría pronto un tipo de retrato en que el sujeto exuda dignidad y autoconfianza en cada pincelada. La Schiavona (c 1511) es su primera gran obra maestra en el género. La matrona, de la que solo sabemos que proviene de Eslavonia (en Croacia), es la viva imagen del poder.