ASTOR, LA ÚLTIMA GRAN DAMA
Sotheby’s subasta este mes joyas y objetos de las míticas moradas de Brooke Astor, última superviviente de la era dorada de Nueva York.
A stor fue uno de los apellidos de la riqueza y el poder del Nueva York de finales del siglo xix y principios del xx, junto a Vanderbilt, Carnegie o Rockefeller. Aquella era concluyó para siempre en 2007 con la muerte de Brooke Astor a los 105 años de edad. Ella fue la última de las grandes damas de la Gran Manzana, damas que almorzaban, encargaban retratos y organizaban actos de caridad y fiestas cuyas listas de invitados revelaban quién estaba in o out en la política o sociedad del momento.
ALREDEDOR
de ochocientos objetos de su dúplex en Park Avenue y su finca en el condado de Westchester se subastarán con fines benéficos el 24 y 25 de septiembre en la sede neoyorquina de Sotheby’s. La residencia de Park Avenue, por donde han pasado presidentes de EE UU y dignatarios extranjeros, es una de las más fotografiadas del mundo, sobre todo la biblioteca. Sus paredes están lacadas en color rojo, una reminiscencia del tiempo que vivió en China. Allí estuvo destacado su padre, un comandante del Cuerpo de Marines. Por entonces ella se llamaba Brooke Russell. Sería su tercer marido el que le diese el apellido Astor.
ADEMÁS de porcelana china y muebles lacados de la dinastía Qing, la Astor favorecía los muebles franceses del xviii y xix. Su colección de arte incluye dibujos de Canaletto o Tiepolo y su gran excentricidad: una completa colección de cuadros protagonizados por perros. Texto: R. B.