UN LOBBY MUY PODEROSO
La Asociación Nacional del Rifle, de la organización de simples competiciones de tiro a la presión ejercida en círculos políticos.
CAMINO A WASHINGTON Tras la guerra civil estadounidense (186165), dos altos oficiales unionistas (del norte), convencidos de que el éxito de las batallas pasaba por que los soldados tuvieran puntería con los rifles, fundan en 1871 en Nueva York la National Rifle Association. La NRA organiza cursos y torneos internacionales con el apoyo de la ciudad y el estado de Nueva York. El Ejército le cede fusiles y municiones. En 1907 traslada su sede a Washington. Su primera oposición al control de armas tiene lugar en 1911, cuando la ciudad de Nueva York prohíbe ir por la calle con armas sin licencia.
EL TIRÓN DEL FAMOSO Su presidente más carismático fue el actor Charlton Heston (arriba). Conocedor del ley, iniciada en Florida en 2005, los ciudadanos con licencia tienen en la calle el mismo derecho de repeler una agresión con armas de fuego que si estuvieren dentro de su domicilio (el castillo), sin ser acusados por ello. En estados como California o en ciudades como Nueva York existen mayores restricciones para comprar armas. Pero el que más profundizó en el estricto control fue el distrito de Columbia. En 1976 aprobó la ley que prohibía la posesión poder de la imagen, blandía a menudo un mosquetón en alto mientras lanzaba mensajes contundentes a favor de la libertad de armas: “Me lo quitarán de mi fría mano muerta”. Durante su mandato, entre 1998 y 2003, el número de afiliados crece en un millón, con lo que alcanza los cuatro.
POR ENCIMA DE TODO En mayo de 1999 se celebró la reunión anual de la NRA en Denver, cerca de donde el mes anterior se había producido la masacre del instituto de Columbine, con 15 víctimas mortales. Heston reiteró en su discurso la libertad de llevar armas de fuego. Y sus palabras no eran una mera declaración de intenciones: la NRA se ha constituido en uno de los grupos de presión más influyentes de Estados Unidos. de armas cortas en el domicilio sin permiso previo y obligaba a que todas las armas tuviesen el gatillo bloqueado o estuvieran desmontadas. Pero, como en otros casos, la legislación fue anulada por un recurso judicial, que siempre anula las restricciones si inciden sobre las armas de defensa en el domicilio.
Republicanos y demócratas
Aunque no existe una relación directa, sí se da una tendencia entre republicanos y demócratas a favor de la libertad o del control de armas, respectivamente. Demócratas son los períodos presidenciales en que se aprueban las leyes federales de 1934 y 1938 (Franklin D. Roosevelt), 1968 (Lyndon Johnson) y 1994 (Assault Weapons Ban, en que Bill Clinton prohíbe las armas con características parecidas a los fusiles de asalto militares). Durante la presidencia republicana de Ronald Reagan se aprueba la ley de Protección de los Propietarios de Armas de Fuego (1986), que salvaguarda el anonimato de los compradores de armas, y en 2004 George W. Bush revoca la ley de prohibición de armas de asalto. El republicano George H. W. Bush se distanció de la NRA al prohibir en 1989 la importación de cierto tipo de fusiles, y se
AUNQUE NO EXISTE UNA RELACIÓN DIRECTA, LOS REPUBLICANOS TIENDEN A ESTAR A FAVOR DE LA LIBERTAD DE ARMAS
desmarcó del todo al devolver en 1995 su carnet de afiliado (la NRA acusaba a la ATF, la agencia federal de armas, de actuar con métodos nazis). Sin embargo, la relación de la NRA con los republicanos f lorece otra vez con su hijo George W. Bush. Siendo gobernador de Texas, promulgó diversas normas favorables a la libertad de armas. La promesa de que, si es elegido presidente de Estados Unidos, cumplirá lo mismo a escala federal le vale el apoyo incondicional de la NRA. La ola triunfal republicana de 2000 en muchos estados y la victoria de Bush hijo en las elecciones presidenciales del mismo año no pueden desligarse de la enorme campaña propagandística de la NRA a favor de los candidatos republicanos. Capítulo aparte merece la llamada ley Brady de prevención de la violencia de las armas cortas. El republicano James Brady, jefe de prensa de la Casa Blanca, acompañaba a Ronald Reagan en 1981 cuando éste fue objeto de un atentado. A Brady le impactó un proyectil en la cabeza que le llevó a sufrir graves problemas de movilidad de por vida. Junto con