Un héroe con claroscuros
DESMITIFICANDO A LAS CASAS SIN ESTRIDENCIAS
Para unos, Bartolomé de las Casas (1484-1566) fue el gran defensor de los nativos americanos frente a la barbarie de los conquistadores españoles. Otros, en cambio, le consideran un desequilibrado que calumnió a los colonizadores con sus panfletos. Desde su muerte, la polémica en torno a su figura no ha cesado. ¿Se puede añadir algo más? Bernat Hernández, profesor de Historia Moderna en la Universidad Autónoma de Barcelona, ha conseguido lo que parecía imposible. Su biografía, dentro de la colección “Españoles eminentes”, de la editorial Taurus, posee el sabor de lo nuevo. No porque descubra documentación, sino porque repasa exhaustivamente la disponible con criterios metodológicos innovadores. Las Casas acostumbra a ser visto como un hé- roe solitario frente al poder. Hernández, por el contrario, lo sitúa en el contexto de la Iglesia de la época, “dentro de un nutrido grupo de frailes, juristas y teólogos del siglo xvi que, en muchas ocasiones de manera más lograda y sistemática que nuestro dominico, llevaron a cabo un plan sobre las nuevas condiciones sociales y legales del Nuevo Mundo”.
Interpretación equilibrada
Su figura, por otra parte, ha tendido a ser interpretada en clave “izquierdista”. Surgió el mito del apóstol de la libertad. Hernández deshace esta interpretación “presentista” al mostrar a un hombre de su tiempo, con valores que nos son ajenos, como la defensa de una sociedad estamental. Pero, sobre todo, el mérito principal del autor es la ecuanimidad. Sin caer en la hagiografía, presenta los aspectos positivos del personaje, de su tesón como luchador a su brillantez intelectual, reflejada en sus escritos. Al mismo tiempo, el lector puede conocer rasgos discutibles de Las Casas, en especial un carácter poco amante de los matices. Su visión del mundo era en blanco y negro.