La Zona de Interés
MARTIN AMIS TRAD. DE JESÚS ZULAIKA MADRID: ANAGRAMA, 2015 312 PP. 19,90 € como “La derrota en Rusia es una imposibilidad biológica”) pertenece a los pensamientos del comandante del campo de exterminio donde se localiza la novela, la perspectiva cambia. Amis no se ríe del Holocausto; ridiculiza a sus responsables. Se ríe del grotesco pensamiento nazi que hay detrás de la trágica “solución final”, de las absurdas teorías conspiratorias antisemitas. Como dice él para defenderse: “La sátira es ironía violenta que busca destruir aquello de lo que se ríe”.
Tras la sátira
La Zona de Interés, título que alude al eufemismo con que los nazis denominaban los campos de exterminio, está protagonizada por tres personajes que ofrecen tres miradas distintas sobre la realidad que les ha tocado vivir: un joven oficial sobrino de Martin Bormann (la mano derecha de Hitler), el comandante del campo (basado en la figura de Rudolf Höss, comandante de Auschwitz) y un sonderkommando (prisioneros judíos obligados a trabajar en las cámaras de gas y los crematorios). El primero, que vive un romance casi platónico con la mujer del comandante, representa a toda esa población alemana que, por cobardía, impotencia o interés (y aquí el autor incluye a todas esas grandes empresas alemanas que utilizaron mano de obra esclava), miró para otro lado y siguió la corriente más perversa del nazismo. El segundo, como hemos dicho, es un trasunto de Höss, alguien capaz de vivir en Auschwitz con su mujer y sus cinco hijos en una casa con jardín al lado de los crematorios. El tercero es la voz de las víctimas. En este caso, doblemente: víctimas de los nazis y víctimas de su miedo a morir, lo que les lleva a colaborar con el enemigo. Tres personajes a través de los cuales el autor mira desde otro punto de vista, honesto, erudito y en absoluto frívolo, un tema tan delicado como el de la Shoah.