Condensar para iluminar
LA GUERRA CIVIL, SINTETIZADA CON ESCRUPULOSA ATENCIÓN Y LIBRE DE APASIONAMIENTOS
Cuando se cumplan, no 80, sino 150 años del estallido del conf licto fratricida, es probable que se publiquen libros tan serenos como Historia mínima de la Guerra Civil española. Un ejercicio de condensación que el autor reconoce que ha tenido algo de “tortura exasperante”, pero que ayuda a abordar las causas y el desarrollo del desastre desde una óptica amplia que no renuncia al detalle. Moradiellos, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Extremadura, ejerce su papel de historiador desde la vocación, con respeto a los hechos, pero también a la honestidad, para interpretarlos en aras de la búsqueda de la verdad. El autor se escapa de la tentación del juicio sin caer tampoco en una equidistancia insolidaria, y hunde las raíces en el descontento general que provocó el trágico desenlace. “La historia es lo que brilla en un momento de peligro”, dice García de Cortázar. Hay un carácter compilador y didáctico en estas trescientas páginas, pero también un deseo de actualizar el relato y abordar temas menos trabajados. Como el grado de saña que padecieron zonas españolas que no eran claves para los franquistas, como Badajoz, donde hubo más muertos que en Madrid: unos once mil, en una población de 40.000 habitantes. Con el rigor de un investigador de larga trayectoria en la materia, Moradiellos muestra una panorámica que nos permite palpar el grado de inestabilidad que se vivía antes del golpe de Estado. Una inmersión en el clima político y social de la época que propició que la particular “defensa de la nación”, que proponía Franco en su manifiesto del 18 de julio, prendiera. Para ello, y esto se destaca en el ensayo, generales como Mola llevaban meses trabajando para reventar el statu quo. Después, parafraseando a Tucídides, si rompes el Estado, aflora la violencia.