Los soldados del rey
La triunfal composición del Ejército sueco
las tropas que Carlos xii comandó al iniciarse la Gran Guerra del Norte estaban profesionalizadas y muy entrenadas, aunque también había hombres llamados a la milicia de manera temporal, que en tiempos de paz se ocupaban de trabajar la tierra. Este sistema mixto, creado para asegurar las conquistas sin un coste excesivo para la Hacienda, conseguía que cada provincia suministrara en tiempos bélicos varios regimientos de infantería y caballería, formados por soldados y jinetes plenamente equipados y con un fuerte lazo territorial.
para Combatir, los infantes estaban distribuidos en batallones e iban armados con mosquetes de martillo de pedernal, espadas y, una tercera parte de ellos, todavía con las picas, al igual que los famosos Tercios de Flandes hispánicos. Por su parte, los jinetes estaban divididos en grupos y cargaban cohesionados, espada en mano, utilizando formaciones en cuña.
todos ellos solían ser muy ofensivos en el campo de batalla, además de profesar un ortodoxo luteranismo que les confería una actitud despreocupada ante la muerte, pues pensaban que solo Dios decidía cuándo llegaba. Además, la propaganda religiosa recibida les indicaba que ellos eran los nuevos israelitas, hijos predilectos del Señor, y que estaban en la tierra para vencer a todos sus enemigos. Ese armazón mental les hacía ser una tropa valerosa, decidida y brutal.