¿Ejército alemán o nazi?
Cómo penetró en sus filas el nacionalsocialismo
Cuál fue el grado de participación del Ejército de Tierra alemán en los saqueos que tuvieron lugar durante la campaña del Este en la Segunda Guerra Mundial? Este aspecto ha sido, y es, objeto de controversia. Para Omer Bartov, la respuesta va ligada al grado de ideologización de sus integrantes. Fue muy patente en unidades como las Waffen-ss, pero menos en una fuerza heredera de la apolítica tradición prusiana. Para explicitar hasta qué punto las ideas nacionalsocialistas calaron en aquellos soldados y les indujeron a matanzas y ultrajes, el historiador israelí reunió sus conclusiones en este libro, publicado en 1991 y que ve ahora la luz en castellano.
Según Bartov, las tropas alemanas que combatieron en la URSS, al revés de las que lo hicieron en Occidente, se nazificaron más rápida e intensamente por la voluntad de sus superiores. Estos vieron en los presupuestos del nacionalsocialismo un eficaz remedio a un importante problema: la destrucción del grupo primario de base territorial (a nivel regimental, las unidades se constituían con reclutas de una misma región) causada por las múltiples bajas. El elemento humano de cohesión, pues, se sustituía por otro ideológico.
Fanatismo y miedo
En la base de esas ideas se hallaba una deshumanización del enemigo que amparaba cualquier brutalidad. Las arbitrariedades proporcionaban una salida emocional a la frustración de las tropas y permitían hacerse con los magros recursos de los civiles sin remordimientos, compensando así los que no llegaban de Alemania. Junto a ello, una fomentada e ilimitada fe en el Führer, en un sentido casi religioso, moldeó la psique de aquellos hombres. Sin ser conscientes, ligaron su suerte a la del nacionalsocialismo, y gestaron un nuevo tipo de guerra más atroz, si cabe. Es una interesante tesis, sustentada en una amplia bibliografía y en multitud de ejemplos. Pero no estaría completa sin otro factor, mencionado por Bartov, que explicaría la tenacidad con que el Ejército alemán del Este (Ostheer) defendió el territorio del Reich ante el imparable avance del Ejército Rojo: el miedo a las represalias. Es decir, el miedo a que la población civil germana sufriera a manos de los soviéticos lo mismo que habrían sufrido los civiles rusos. En este punto, Bartov resulta quizá demasiado crítico con la tesis del alemán Andreas Hillgruber, que matizó la relación causaefecto entre ambos conceptos. Una prueba más de cómo el debate sobre la responsabilidad de la Wehrmacht en la violencia que sufrieron los civiles soviéticos está lejos de haber acabado. El libro de Bartov es, en ese sentido, una pieza esencial para comprender la controversia.