Locura de la lucha armada
Un atentado del ejército de liberación armenio
El 30 de diciembre de 1980 se produjo un atentado en la Gran Vía de Madrid. Estallaron dos bombas: una en la sede de la aerolínea estadounidense TWA y otra en la suiza Swissair. Nueve personas resultaron heridas, entre ellas, el periodista José Antonio Gurriarán, que quedó minusválido. El atentado fue reivindicado por el Ejército Secreto para la Liberación de Armenia (ASALA, por sus siglas en inglés), un grupo armado cuyo objetivo era obligar al gobierno turco a reconocer el genocidio armenio, indemnizar a las víctimas y devolver los territorios que históricamente pertenecían a su país. Mientras se recuperaba de sus heridas, Gurriarán se interesó por la causa armenia, empatizó con ella y quiso conocer a sus verdugos. Lo hizo un año después, y lo narró en el libro La bomba (1982).
Genocidio y perdón
Guédiguian (Marius y Jeannette, Las nieves del Kilimanjaro), francés de padre armenio, conoció a Gurriarán en 2010 y quiso adaptar su libro. Lo ha hecho muy libremente, con ánimo conciliador (está dedicada a “mis compañeros turcos”) y trasladando los hechos a Francia. Una historia de locos comienza con un prólogo en blanco y negro ambientado en Berlín. En él se nos presenta la figura de Soghomon Tehlirian, un activista y héroe nacional armenio que en 1921 asesinó al dirigente turco Talat Pashá, uno de los responsables del genocidio de su pueblo. Esta introducción sirve para poner al espectador en antecedentes sobre el origen del ASALA y como punto de partida para narrar la historia de Gurriarán desde dos puntos de vista: el de la víctima y el de los verdugos.