La nueva frontera
“SIN ESE INVENTO,
no iríamos demasiado lejos”, afirmó en cierta ocasión Kennedy al hablar de la televisión. Su invención le concedió una gran ventaja cuando se presentó a la presidencia en 1960, por más que figuras influyentes de su partido le reprocharan su excesiva juventud. El medio resaltaba claramente su magnetismo personal. No obstante, su victoria sobre el republicano Richard Nixon se produjo por un margen muy estrecho. Se han publicado muchísimas especulaciones sobre si JFK consiguió el poder gracias a la mafia, pero no existe ninguna prueba al respecto. Por otra parte, es muy poco probable que el crimen organizado tuviese la fuerza necesaria para poner y quitar presidentes. Para ganar, Kennedy tuvo que vencer el obstáculo de su catolicismo. En la cultura política estadounidense, democracia y protestantismo aparecían como sinónimos. Por ello, tuvo que aclarar que no pensaba ser un lacayo del papa. También le ayudó elegir como aspirante a vicepresidente a un protestante, el tejano Lyndon B. Johnson.
un MENSAJE épico
Durante la campaña (en la imagen, escena de la misma) ofreció al pueblo americano nuevos desafíos. En otros tiempos, la historia nacional había estado marcada por la expansión hacia el oeste, de la mano de emprendedores que lo habían arriesgado todo para construir un mundo nuevo. En 1960, según Kennedy, Estados Unidos se encontraba ante una nueva frontera, igualmente llena de peligros: la impuesta por la guerra fría. En su toma de posesión, el nuevo mandatario hizo historia con un memorable discurso en el que solicitaba a sus conciudadanos que no pensaran en lo que su país podía hacer por ellos, sino en lo que ellos podían hacer por su país.