EL CAMINO HACIA EL DESASTRE
EN indochina, Estados Unidos se involucró en una guerra no declarada formalmente. Aparentemente, se limitaba a asistir a Vietnam del Sur contra Vietnam del Norte. Porque, según la teoría del dominó, si este último estado se imponía, otros países de la zona no tardarían en caer bajo la órbita de los comunistas (arriba, conferencia de prensa de 1961 sobre su avance). Para evitarlo, Kennedy apoyó al presidente Diem, un gobernante despótico en un entorno corrupto. Hasta que tuvo claro que no era el hombre idóneo para vencer. En- tonces promovió un golpe de Estado que se saldó con la muerte del vietnamita en noviembre de 1963, aunque seguramente JFK no deseaba su asesinato.
SEGÚN una hipótesis muy extendida, el mandatario estadounidense proyectaba salir de la contienda en Asia Oriental. Eso es lo que han asegurado, a posteriori, muchos de sus colaboradores, cuando era evidente el desastre en el que se había convertido la contienda. Pero, si atendemos a lo que el presidente dijo e hizo en vida, la conclusión es otra. Lo cierto es que no contemplaba otra opción que la victoria, entre otras razones porque no deseaba parecer blando ante el comunismo. Por eso, durante su mandato, Washington incrementó su despliegue bélico, justificado como una cruzada a favor de la libertad. ¿No había dicho Kennedy, en su discurso inaugural, que Estados Unidos pagaría cualquier precio y soportaría cualquier carga? Se sentaron así las bases de la intervención masiva en Vietnam durante los años de Johnson y Nixon, con intensos bombardeos y la utilización de productos químicos como el napalm. Pero el poder tecnológico no evitó la derrota.