Destruida y refundada
EL AMPLIO PARQUE ARQUEOLÓGICO DE CARTAGO INCLUYE RUINAS IMPONENTES Y VARIOS MUSEOS
LA CARTAGO ROMANA disponía de todos los servicios para satisfacer a una comunidad que sumaba aún unos trescientos mil vecinos en pleno declive del siglo v. Hoy atestiguan este esplendor restos de infraestructuras colosales, grandes edificios públicos y lujosas viviendas particulares, la mayoría posteriores a los seísmos e incendios ocurridos en el siglo ii. Algunos vestigios se hallan agrupados. El mejor ejemplo es la colina del Odeón, que reúne junto a este un teatro, el llamado monumento circular (posible santuario paleocristiano) y el sector de las villas romanas (la mejor conservada, la de la Pajarera). Junto a la colina se encuentra la basílica paleocristiana de Damous El Karita.
OCIO, SUMINISTROS Y PUERTOS. Entre los espacios de ocio pueden visitarse los vestigios de un anfiteatro, un circo y las termas de Antonino (las mayores de África). Entre las infraestructuras, figuran las cisternas de La Malga y los puertos púnicos (con huellas romanas en el islote del Almirantazgo).
TAN AMPLIO ES EL SITIO de la antigua colonia romana que alberga, aparte de monumentos, tres museos. Uno mayúsculo, el Nacional de Cartago, en la colina de Birsa, junto a la catedral de San Luis, y dos más pequeños, pero sustanciosos, el Paleocristiano y el de las cisternas de La Malga.