Mil años de cambios
EL MEDIEVO COMO UN CONTINUO EVOLUTIVO
La “frontera romana no acabará perdiendo su vigencia sino a partir del siglo xviii”. De hecho, gracias a los cambios sociales y políticos experimentados en la Europa medieval, para el xv, “casi todos los estados fuertes se encontraban al sur de esa divisoria”. En Francia, España e Italia se conservan con claridad “los elementos de continuidad con el pasado” latino. Sin embargo, “más aún en el Imperio otomano”. Está visto que Europa en la Edad Media propone un relato muy distinto del habitual sobre este período.
Su autor, el prestigioso medievalista Chris Wickham, ya llamó la atención hace unos años con su innovadora Una historia nueva de la Alta Edad Media. Ahora Europa..., una obra de síntesis como la anterior, vuelve a sacudir las interpretaciones al uso con todo el rigor esperable de una autoridad formada en Oxford, donde hoy Wickham dicta cátedra. Una quinta parte del volumen, por lo pronto, casi cien páginas, está dedicada a enriquecer el ensayo con notas eruditas y a detallar la copiosa bibliografía manejada.
Una mirada integral
Resulta muy interesante que el trabajo no plantee simples hitos interconectados, sino un flujo constante de transformaciones que se visualizan con nitidez pese a estar entretejidas con hilos de una gran diversidad, desde políticos y socioeconómicos hasta religiosos, demográficos y tecnológicos, entre otros. En este largo y por momentos complejo recorrido del siglo vi al xvi, la obra matiza con precisión diferencias que a veces se soslayan entre áreas tan di sí miles como, por citar un caso, el hiperjerarquizado Imperio bizantino y la mucho más igualitaria Escandinavia.
Los capítulos, agrupados por contenidos a la vez regionales, cronológicos y temáticos (por ejemplo, a “Roma y sus sucesores de Occidente, 500-700” sigue uno consagrado a la “Crisis y transformación en Oriente, 500-850/1000”), también rebaten a veces nociones casi totémicas sobre la Edad Media. Entre ellas, cuestionan la influencia real de la Iglesia en la sociedad o recalibran el peso de distintas formas asamblearias en las decisiones de los príncipes. Una mirada panorámica tan ambiciosa como en ocasiones sorprendente a una etapa central, no sencillamente intermedia, de la historia europea.