Un retrato de coraje
LA MUJER QUE PUDO HACER DE LA NECESIDAD VIRTUD
LA DE ARRIBA es Barbara van Beck, una exitosa artista del siglo xvii. Van Beck sufría hipertricosis, o síndrome de Ambras, una enfermedad genética que provocaba el crecimiento del vello en lugares en los que no crece habitualmente. En su caso, el pelo le cubría toda la cara, incluida la nariz. Esta excepcionalidad, junto con su esbelta figura y su dominio del clavicémbalo, atraía a sus conciertos a la flor y nata de las sociedades europeas. Van Beck actuaba en teatros y salones, muy lejos de las ferias a las que se relegó antes y después a las mujeres barbudas.
EL CUADRO que vemos lo acaba de adquirir la Wellcome Collection, un museo y biblioteca lon dinense de libre acceso que exhibe los curiosísimos fondos del magnate farmacéutico sir Henry Wellcome (18531936; a la dcha., imagen inferior), un hombre enormemente fascinado no solo por la ciencia, sino también por su relación con otras muchas disciplinas, como el arte. El lienzo, anónimo, considerado de gran calidad y ejecutado se cree que hacia 1646, retrata a su protagonista no como un monstruo, sino como un personaje de serena dignidad. Su atuendo refleja la moda más elegante del momento.
VAN BECK NACIÓ como Barbara Ursler en Augsburgo, Alemania, en 1629. No se sabe si obtuvo su educación de sus padres o por medios propios, pero estaba altamente formada y hablaba varios idiomas. Lo cierto es que tuvo la gran suerte de vivir en un paréntesis temporal en el que monarcas y aristócratas se interesaron vivamente por las anomalías del cuerpo humano. Fue una época en la que muchos reyes crearon sus propios gabinetes de curiosidades con todo tipo de objetos del mundo natural (de estos gabinetes, o cuartos de maravillas, surgirían con el tiempo las grandes colecciones nacionales).
BARBARA SE CASÓ con un tal Johan Michael van Beck, que actuó como su representante y con el que tuvo un hijo que no heredó su condición. La intérprete murió en algún momento a partir de 1668. Como celebrity que era, se la plasmó gráficamente a menudo, incluso después de muerta. La Wellcome Collection contaba ya con cinco grabados de Van Beck, como el de la imagen superior, un trabajo del maestro grabador inglés Richard Gaywood de 1656.