EL GENIAL KOROLIOV
La víctima de las purgas de Stalin que llevó a Gagarin al espacio
SERGUÉI KOROLIOV (sentado, en el centro) comenzó su carrera a inicios de los años treinta diseñando aeronaves a las órdenes del mariscal Tujachevski. En 1938, víctima de las purgas de Stalin, fue condenado a diez años de trabajos forzados en Siberia. Escapó de una muerte segura gracias a la revisión de su causa, tras la que fue trasladado a una prisión especial donde coincidió con la élite de la ingeniería aeronáutica. Allí trabajó en el diseño y la construcción de aviones durante la guerra.
LIBERADO TRAS el conflicto, viajó a Alemania para obtener información sobre el V-2, el cohete estrella de los nazis, obra de Wernher von Braun. A partir de entonces, la URSS empleó su talento en el desarrollo de misiles balísticos. Sin embargo, Koroliov no concebía los cohetes solo para lanzar cabezas nucleares, sino también satélites, sondas y naves tripuladas. Los éxitos que consiguió en la exploración del cosmos no se debieron únicamente a su genialidad como ingeniero, sino también a su habilidad para vencer las reticencias de la jerarquía soviética hacia sus proyectos. En enero de 1966, una muerte temprana, a los 59 años, le privó de luchar por su sueño más ambicioso: ser el primero en enviar una nave tripulada a la Luna.