Prohibido reírse de Stalin
Desde sus inicios en la BBC hace dos décadas, Armando Iannucci ha dado sobradas muestras de su talento para la sátira política. Tras las aplaudidas In the Loop (2008) y la serie Veep (2012-18), el cineasta escocés regresa con la adaptación de la novela gráfica La muerte de Stalin (Norma Editorial, 2016). La película se centra en los días posteriores al fallecimiento del dictador. Un período convulso, caracterizado por las luchas sucesorias y las teorías conspirativas sobre la muerte del mandatario, que sirve al director para reflexionar, con un humor muy mordaz, acerca del totalitarismo y las contradicciones del sistema soviético. La prohibición de la película en Rusia, calificada por el ministro de Cultura como una “burla ofensiva de todo el pasado soviético”, pone de manifiesto hasta qué punto la memoria de Stalin sigue aún muy viva.